El Pazo Faramello, marca Galicia
El lugar, elegido por la revista Vanity Fair como jardín a visitar en España en 2017, vive estos días el espectacular florecimiento de unos ciruelos japoneses sobre terraza de piedra // Una fotografía suya presidió el estand de la comunidad en Fitur, que se alzó como ganador
Dentro del paisaje gallego, hay un lugar que se ha erigido como una de las principales marcas de Galicia, el Pazo de Faramello. A tan solo un cuarto de hora de Santiago, se levanta el único pazo industrial de toda la comunidad, un lugar elegido para presidir el estand de Galicia en las ferias de turismo y que el año pasado lo seleccionó la revista Vanity Fair como el jardín nacional que había que visitar en España.
Uno de los principales atractivos de este lugar llega en el final de la primavera con la floración de unos ciruelos japoneses en una terraza de piedra. Este espectáculo tiene lugar este año, según apunta el propietario de la finca, Gonzalo Rivero de Aguilar, con algo de antelación, debido al tiempo que se registró en los últimos meses. Este acontecimiento es tan precioso como efímero, ya que las ramas desnudas de los ciruelos se vestirán con ese tono rosáceo tan característico durante apenas quince días, por la delicadeza de las flores del mismo.
La belleza de este florecimiento, tan poco común en la cultura occidental, se debe a los tonos resultantes, pero también a la forma, ya que al tener poca tierra -están sobre una terraza de piedra- los injertan por arriba. Con esta técnica, denominada bonsái, las ramas se entrelazan en el aire, formando un manto envolvente.
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