Cuando el sexo se convierte en una adicción

El afamado psiquiatra Carlos Chiclana pronunciará hoy en el Colegio Mayor Arosa una conferencia sobre un tema de máxima actualidad: el consumo excesivo de pornografía por parte de numerosas personas que, debido a las facilidades que ofrece Internet para ver contenidos de alto contenido sexual, acaban convirtiéndose en adictas. La problemática es tal que muchas de ellas acaban dejando a un lado su vida social y ponen constantes excusas con el objetivo de pasar buena parte del día viendo vídeos sobre esta temática. El título de la charla que ofrecerá el especialista de la Universidad de Navarra, a partir de las 20.30 horas, es muy esclarecedor: Porn, the new drug. Es decir, porno, la nueva droga.

Según diversos estudios más del 10 por ciento de la población adulta es adicta a este tipo de imágenes, que a su vez representan un negocio millonario.

Por otra parte, se calcula que uno de cada diez menores accede a contenidos sexuales en la red de forma habitual debido al escaso control que los padres tienen sobre sus hijos. Las consecuencias de esta rutina son nefastas y cada vez más personas están pidiendo ayuda para salir de esta espiral. El consumo de porno no es, según los especialistas, el problema, sino el consumo excesivo de estos contenidos y la continua sobreexposición a los mismos.

Chiclana mantiene activo un blog muy popular en el que narra casos reales de personas de todas las edades que están enganchadas al porno visual. En sus líneas aparece un chico joven, casado y con tres hijos al que echan del trabajo por consumo de pornografía en Internet, una chica que ya no recuerda el número de parejas que ha tenido, otra que se engancha a los contactos por la red, un hombre divorciado dos veces al que su nueva pareja descubre con pornografía y le rechaza... y así un sinfín de historias muy parecidas.

El experto señala también que empieza a dejar de ser un tabú poder decir que la pornografía no es beneficiosa para la persona y genera problemas.

Destaca, por ejemplo, que hace poco la revista Newsweek realizó un reportaje sobre este tema con el título de La epidemia de la adicción sexual. En él se recogen los testimonios de numerosos adictos que confiesan tener una doble vida por culpa de esta conducta: "Tengo adicción a la pornografía en internet...Tengo una doble vida. Una esquizofrenia total: doble nombre, doble identidad, doble profesión... todo, todo, todo... doble. Es una vida absurda. ¿Cómo no me he vuelto loco?".

También recuerda una reciente y reveladora investigación publicada en el Journal of Sex Research, de la Universidad de Indiana. Este medio entrevistó a 14.000 hombres y encontró que en los últimos años el porcentaje de consumidores ha aumentado de un 26 % a un 34 por ciento.

En una entrevista publicada en Alfa y Omega, el especialista habla también de la sociedad hispersexualizada y de sus efectos. En torno a la masturbación declara que se trata de una práctica habitual muy extendida en la población general y que los estudios indican que es más frecuente en los varones. "Las mujeres también lo hacen y está aumentando su uso por parte de ellas. Los fines son similares en ambos sexos, tanto para obtener placer sin más, como para tratar de afrontar estados emocionales desagradables: ansiedad, aburrimiento, tensión, enfado..."

Confiesa, además, su preocupación por la "ausencia de la persona en la conducta sexual con el consumo de pornografía, porque cada vez más personas no están aprendiendo a tener relaciones sexuales, sino a excitarse sexualmente con una pantalla y sonidos enlatados.

Una de las trampas de ver porno es creer que lo que se hace es normal y gusta a los demás. Otra, evitar todo lo que hayas visto en un vídeo por pensar que puede ser ofensivo para el otro. El porno confunde, miente y engaña", explica.

En cuanto a los contenidos de este tipo de vídeos sexuales, tanto Carlos Chiclana como otros expertos en la materia estiman que la mujer es la que sale peor parada. Así, estudios recientes afirman que más del 80 % de la imágenes son de violencia y de dominación de la mujer.

Otros informes destacan que España ocupa el número 13 a nivel mundial en consumo de pornografía y que cada vez más jóvenes dedican su tiempo libre a ver vídeos o imágenes de contenido sexual.