El primer Belén del mundo cobra vida con 24 actores 'medievales'

Dicen los que han tenido oportunidad de verlo que es un espectáculo impresionante. El Belén viviente de Greccio, el primero de la historia, sale por tercera vez en siglos de esta ciudad de la región italiana de Lazio (tras exhibirse en Bruselas y Madrid). En esta ocasión le ha tocado el turno a Santiago tras las gestiones realizadas por el proyecto Caminos de Europa, que preside Carmen Furelos. Veinticuatro actores profesionales, ataviados con trajes medievales, escenificarán cómo San Francisco convenció al señor de Greccio, Giovanni Velita, seguidor suyo, para revivir la Natividad de 1223.

Esta obra teatral inspirada en las representaciones sacramentales de la Edad Media, se estrenará en Santiago el día 30. Carmen Furelos adelantó a EL CORREO que "estamos valorando el lugar más idóneo para la escenificación, ya que debe ser un espacio lo suficientemente grande como para dar cabida no sólo a los actores que darán vida a las figuras del Belén, sino también para acomodar el decorado, que representa todo este pueblo italiano en cartón piedra".

Pese a ello, lo más seguro es que el primer Belén viviente de la historia se represente para acabar el año y comenzar el nuevo jubilar en el monasterio de San Martiño Pinario.

Está previsto que vengan a ver la representación muchos vecinos de Italia, que aprovecharán la ocasión para disfrutar del espectáculo y también la apertura de la Puerta Santa.

El pesebre, llamado también y más popularmente en España Belén, es el símbolo por excelencia de la Navidad. Es la escenificación del misterio del nacimiento de Jesucristo, que se pone en las iglesias y también en los hogares.

La historia de este Nacimiento viviente procede de una iniciativa de San Francisco de Asís en la Navidad de 1223, en la localidad de Greccio. El Santo se hallaba en la Navidad de 1223 en Greccio, en el valle y en las montanas de Rietti, junto a Roma, y con el fin de hacer llegar y dar a entender mejor el misterio de la Navidad, recreó la Natividad en una cueva, colocando en ella un pesebre con heno, y situando a los lados un asno y un buey. Allí se ofició una Eucaristía, en la que Francisco -no era sacerdote, sino diácono- proclamó el Evangelio.

Durante la celebración, uno de los asistentes, Giovanni de Greccio, tuvo una visión: el Niño aparecía dormido y despertaba al contacto de los brazos del Santo. El hecho empezó a ser recordado por los franciscanos, quienes año tras año repetirían la escenificación, hasta que tiempo después lo hicieron de forma artística actores profesionales.

Pero el Belén de Greccio no es el único que traerá Caminos de Europa a Santiago, ya que también ha gestionado la instalación en el Obradoiro de un Nacimiento traído desde la región de Umbría con cerca de una treintena de figuras de tamaño natural.

El tráiler con este Belén llegará hoy a Santiago tras reventarle una rueda y parar en Francia por problemas burocráticos.

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