Siete siglos de arte funerario
En el cementerio noiés de Santa María se mezclan laudas gremiales con sarcófogos, cruceiros y baldaquino.
Las leyendas que inspiraron la novela histórica de Javier Sierra El ángel perdido llevan a visitar el principal exponente del patrimonio histórico artístico de Noia: el cementerio y la iglesia de Santa María a Nova. Se trata de una necrópolis construida sobre tierra santa de Palestina fechada documentalmente en 1327, aunque los escritos hacen referencia a un uso anterior.
Este conjunto funerario, declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1973, quedó el año pasado segundo en un concurso de la revista Adiós. El cementerio, a extramuros del burgo amurallado medieval de Noia, recoge siete siglos de uso funerario, donde se mezclan las laudas gremiales (lápidas funerarias con símbolos de los gremios a los que pertenecía el difunto); sarcófagos medievales, cruceiros y baldaquino, con el uso actual de cementerio. Se trata de la mayor colección de lápidas de este tipo que existe en Europa.
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