“Gañar unha praza significaría algo tan básico como poder poñerme enferma”

Más de 21.000 personas lucharán a partir del 22 de junio por una de las 1.700 plazas de profesor que se convocan

La competencia es dura, pero motivación no les falta

Sabela Méndez se presentará a las oposiciones por primera vez /antía suárez

Sabela Méndez se presentará a las oposiciones por primera vez /antía suárez / aNTÍA sUÁREZ

Antía Suárez

El 22 de junio de este año comenzarán las pruebas para obtener plaza dentro del cuerpo docente de la Xunta. Según el listado provisional de admitidos publicado en el Portal Educativo, a este proceso se presentarán un total de 21.046 personas para las 1.743 plazas convocadas.

El mayor número de plazas que se convocan son para el cuerpo de profesores de secundaria, 875 plazas, con el mayor números de inscritos, 11.112 personas inscritas en total. Sin embargo, las especialidades con más demanda están dentro del cuerpo de maestros, con 2.385 inscritos a Educación Infantil para 50 plazas y Educación Primaria, con 2.331 inscritos para 105 plazas.

De esas 1.743 plazas, un total de 1.512, el 86%, son de nuevo ingreso. Pero la noticia no está completa sin la perspectiva humana, sin conocer cómo viven esta experiencia los nuevos ingresos y las personas que se vuelven a presentar.

“O primeiro ano non as saco nin de broma”

Para Sabela Méndez (24) estas son sus primeras oposiciones y se ha inscrito en Educación Secundaria, para lengua castellana y literatura. Para esta especialidad se ofertan 36 plazas para las que hay 680 personas inscritas. Pero ella no siente ningún tipo de presión, lo tiene claro. “O primeiro ano non as saco nin de broma. Máis ben preséntome por ver como son”, aclaraba al hablar de su plan para las oposiciones de este año.

Ella tiene por seguro que en el primer año no se va a sacar las oposiciones, pero se presenta para conocer mejor le proceso y perderle el miedo a las pruebas. Su plan de estudio es “este ano prepárome por libre, non estou en ningunha academia nin en ningún preparador. A partir de setembro, voumas preparar en serio e teño pensado ir a unha academia. Creo que será bo para estar en contacto coa xente que está na mesma situación que eu e profesores que me podan axudar. Se seguira sen praza os seguintes anos, comezaría cun preparador”.

Se presenta a este largo proceso con un mantra en cabeza “se outros a sacaron, eu tamén podo”. Estas expectativas vienen de que está rodeada de compañeros que se encuentran en su misma situación, estudiando para sacar las oposiciones de educación secundaria en diversas especialidades. Para ella “son 75 temas, e toda a xente do meu arredor preséntanse. Eu véxoos e están agobiados, traballando un montón, e entón sei o que é, é algo duro que consume e pode acabar con un”. Remarca que aunque ahora siente que está muy motivada, es consciente de que esto es pasajero. Lo ve como un trámite para obtener lo que quiere y trabajar de lo que estudió.

“Motivada, obviamente. Se non xa o tería abandonado”

Cristina Iglesias Mougán (44) es de Filología Inglesa y siempre ha ido a las oposiciones con la mentalidad de “ir por probar”, pero hasta hace dos años no se había planteado prepararse en serio las oposiciones de educación.

“Gañar unha praza significaría algo tan básico como poder poñerme enferma”

Cristina Iglesias Mougán / Cedida

Cuando acabó la carrera y el CAP (lo que ahora es el máster), decidió ponerse a trabajar en una academia, y más tarde formó una propia con una socia. Pero para ver qué más podría hacer “decidín que tiña que abrir moitas vías, xa que o día que fun ó INEM a Millora de Emprego para ver que outras posibilidades tiña para ir avanzando, dixéronme que me mandaban a persoa de difícil empregabilidade”. A partir de aquí, sopesó cuales eran sus posibilidades.

Cristina forma parte del sistema de interinidad que existe en la Xunta. Un día la llamaron para una sustitución, y por el sistema de consolidación, fue enganchando un trabajo con otro. “Nese momento tiven que compatibilizar a academia coas substitucións, o que ao final é inviable. Houbo que decidir, e a academia acabou perdendo”.

La especialidad a la que se presenta Cristina es Inglés dentro del Cuerpo de Profesorado de Secundaria. Este año se han convocado 80 plazas a las que se han inscrito 915 personas, y expresa que al menos es un ratio mejor al de años pasados.

Ante la perspectiva de aprobar y presentarse a las pruebas de la oposición, Cristina expresa que está “motivada, si, obviamente. Porque se non xa o tería abandonado. Para min está supoñendo moito esforzo, porque traballo en Santiago e vivo en Pontevedra. Aproveito para ir traballando no tren. Pero teño que ser realista, compito con xente que só se dedica a estudar para as oposicións. Eu non me podo permitir iso”.

¿Hay suficientes plazas para todos?

“O tema das prazas, uff, e que penso que se ofertan moi poucas, e moi pouco repartidas” expresaba molesta Sabela. Para ella, desde su perspectiva de primeriza en este proceso, le angustia la falta plazas para cada especialidad. Argumenta que sería necesario que se avisase antes de cuantas plazas de ofertan en cada convocatoria, para decidir si presentarte o no.

Por otra parte, Cristina habla con optimismo del tema de plazas. Recuerda que hace dos años, se convocaran 125 plazas para su especialidad, pero no consiguió plaza en aquel momento. “O ano pasado nada, que só había unha praza. Aquelo parecían Los Juegos del Hambre. Pero este ano volve a haber bastantes prazas. Creo que en inglés para secundaria temos unha ratio bastante boa en comparación con outras especialidades”.

“Chapar y vomitar”

Para Sabela el proceso de selección de docentes es similar al sistema educativo que tenemos actualmente, se basa en “chapar y vomitar”. Ella considera que no es el más acertado, ya que “puedes tener buena memoria pero eso no significa que vayas a ser capaz de comunicar los conocimientos de forma eficiente”. Sin embargo, su propuesta no sería eliminar los exámenes teóricos, sino que añadiría otro tipo de pruebas que permitan conocer las capacidades de docente de los examinados.

Cristina habla de que el método actual tiene mucho que mejorar y cree que tampoco existe ninguna fórmula perfecta. Hablando de sus experiencias, explica que la competencia lingüística es un filtro sin sentido, porque “hai nativos en lingua inglesa, que opositan para profesores de lingua inglesa, e saen desta proba dicindo que viran cousas que non entendían. Se eles non coñecen certos contidos, os demais, por moito nivel que teñamos, non imos sabelos”.

Ni Sabela ni Cristina opinan que el sistema sea completo ni refleje sus habilidades como docentes. Para ejemplificar el problema, Cristina explica que “eu podo darche moita teoría sobre como montar unha bicicleta: músculos que se moven, físicas da bici, etc. Pero eu non che vou poder avaliar de como montas en bici se non che poño unha bici diante e vexo como a montas”. Añade que en Alemania ya han cambiado la forma de examinar y añaden prácticas que evalúan tus capacidades comunicativas.

Desarrollar tus proyectos

Pero aún con ciertas reservas sobre el sistema, ambas mujeres van a seguir luchando por conseguir su plaza dentro de la función pública. Para Cristina Iglesias, una plaza significaría “poder facer un proxecto decentro, poder levar a cabo unhas ideas a longo prazo. Eu como substituta, adáptome ao que está establecido”.

Ambas mujeres expresan que una plaza de profesorado es una estabilidad inigualable. Como Cristina expone, “é obter algo tan básico como o dereito a estar enferma. Eu fun autónoma e sei o que é”.