Los viticultores del Ulla no temen que los efectos negativos del tiempo seco les agüen la temporada

Pese a la alarma creada en otras zonas, Rías Baixas afirma que los viñedos de la subzona están bien situados en cuanto a clima y crecen de forma sostenida // En el último año se recogieron dos millones de kilos de uva

Uvas de albariño que se cultivan en los viñedos de la Subzona Ribeira do Ulla de la Denominación de Origen Rías Baixas

Uvas de albariño que se cultivan en los viñedos de la Subzona Ribeira do Ulla de la Denominación de Origen Rías Baixas / Rías Baixas

Al contrario que ocurre en otras zonas del Estado, en las que ha saltado la alarma y ya se habla de pérdidas del 50% de la cosecha e incluso de un posible adelanto de la vendimia si persiste la sequía, los viticultores de la Subzona Ribeira do Ulla, una de las cinco adscritas a la Denominación de Origen Rías Baixas, no temen a los efectos negativos del cambio climático y confían en su crecimiento, un año más. Rías Baixas destaca que sus viñedos están muy bien situados y que desde que se vinculó a la D.O., en el año 2000, tuvo un crecimiento sostenido.

“Es muy pronto para hablar de la vendimia o los efectos que la sequía puede tener. Pero hasta ahora aquí el cambio climático no está afectando”, explican desde la denominación. “En cuanto al clima, es bastante parecido, sobre todo a Val do Salnés. Cada vez se está uniformando más. También es cierto que los viñedos están muy bien situados en esta subzona”, indican. “Es una subzona que está creciendo de una forma sostenible, año a año. La idea es que siga así en el futuro próximo. Es una subzona con posibilidades, sobre todo de superficie, de plantaciones de viñedo. Algunas bodegas, que no han podido crecer en las subzonas donde están ubicadas, han apostado por hacerlo en Ribeira do Ulla”, añaden.

Y prueba de ello son los datos que arroja la evolución de Ribeira do Ulla desde que entró a formar parte de la D.O. Rías Baixas. En 2.000, año de adhesión, la subzona contaba con una bodega, 24 viticultores y 42,5 hectáreas de viñedos y recogía durante la vendimia unos 93.906 kilos de uva. Diez años más tarde, en 2010, las cifras ya dan un salto muy cuantitativo y cualitativo: había 5 bodegas y 103 viticultores, se cultivaban 143,8 hectáreas de viñedo y se recogieron 1.072.889 kilos de uva.

Ya en los dos últimos años, 2021 y 2022, las cifras prácticamente se duplican. En concreto, en 2021 había en la subzona 9 bodegas, 91 viticultores y 224,1 hectáreas de viñedo y se recogieron 2.058.995 kilos de uva; y el año pasado las cifras eran de 11 bodegas, 92 viticultores y 292,9 hectáreas de cultivo, y de 1.906.649 kilos recogidos. Unos datos que, sin duda, avalan el crecimiento que ha experimentado la producción de vino en los valles del Ulla.

Pero los viticultores de la Ribeira do Ulla no sólo han dado un salto cualitativo a su producción, sino también cualitativo. Prueba de ello fue la celebración de 41ª Festa do Viño da Ulla, que atrajo a más de diez mil pesonas a mediados de abril y en la que se vendieron unas 5.000 botellas de los vinos que producen las once bodegas de la subzona: Pazo Arretén, Gómez e Rial, Marecaste, Castro de Balar, Chouzal, Mar de Envero, Lixeles, Barallobre, Adega Valdés, Casa do Sol y Castro Brey.

“El vino es cultura y qué mejor escaparate que la Cidade da Cultura de Santiago de Compostela para presentar la edición número cuarenta y uno de la Festa do Viño do Ulla”. Con estas palabras, el alcalde del Concello de Vedra, Carlos Martínez Carrillo, respaldaba el importante giro que tanto el Concello como la comisión organizadora han querido dar a esta fiesta de exaltación de los vinos de la Ribeira do Ulla, que han apostado por convertir la citada celebración en un gran escaparate de promoción de un producto de calidad que quieren promocionar por todo el territorio.