La compañía Xeal (que explota dos plantas de producción de ferroaleaciones en Cee y Dumbría y diez centrales minihidráulicas en los ríos Xallas y Grande) y la Asociación Galega de Ataxias (AGA) han unido fuerzas para concienciar sobre la necesidad de investigar la ataxia, una enfermedad rara que tiene una variante propia en la comarca de la Costa da Morte: la SCA36.
Rogelio Antelo, natural de Corcubión, padece esta enfermedad y recopila tapones de plástico que entrega a AGA para, con el dinero que se obtiene por su reciclaje, contribuir a la investigación de esta dolencia. Son tantos los tapones que ha recogido hasta la fecha que Xeal ha donado a la asociación veinticuatro sacos grandes (big bags) para poder transportarlos y almacenarlos.
“Hace casi seis años que supe que padecía una enfermedad rara, hereditaria y degenerativa, y eso supuso un golpe en mi vida, pero me dio la oportunidad de conocer a personas maravillosas, que no dudan en echar una mano para dar visibilidad y conseguir que se investigue para lograr una cura. Quiero dar las gracias a todas y cada una de las personas que aportan, cada una dentro de sus posibilidades, un granito de arena”, señala al respecto Antelo.
Para María Couto, directora corporativa de Xeal, “en cuanto AGA nos contactó, no dudamos en colaborar. Esta aportación está en la línea de nuestro compromiso con las iniciativas sociales de nuestro entorno más próximo para ayudar, en la medida de lo posible, a mejorar las opciones de los que nos rodean”.
La Asociación Galega de Ataxias agrupa a los afectados por la ataxia, familiares y demás personas sensibilizadas con la enfermedad, en el ámbito territorial de Galicia. En cuanto a la SCA36, es una ataxia hereditaria que afecta específicamente a personas de las comarcas coruñesas de Bergantiños, Soneira y Fisterra. Es una enfermedad degenerativa que provoca desequilibrio y problemas para hablar, así como auditivos y motores. La afección es causada por una mutación genética en el NOP56.gen en el brazo corto del cromosoma 20 (20p13).