Amigos de Galicia ‘conecta’ a familias con escasos recursos

La Fundación Amigos de Galicia retoma un año más el programa Conectad@s, un programa dirigido a la infancia en riesgo de exclusión social que surge con el objetivo de luchar contra el fracaso escolar por la brecha digital que vive este colectivo. Así ayer la responsable de comunicación de la Fundación, Paula Chapela, y la docente del IES de Arzúa, Cristina Santana, hicieron entrega de un ordenador nuevo y conexión a internet para una familia del municipio de Arzúa con menores a cargo en riesgo de exclusión social.

Esta es ya la segunda entrega que hizo la entidad en el centro, (se realizó una en junio de dos ordenadores) para una familia diferente. “La falta de conectividad que viven muchos hogares de niños y niñas gallegos/as limita su capacidad para desarrollarse en el siglo XXI, conduciéndolos a quedar muchas veces atrás en sus estudios por no poder desarrollar las tareas escolares, tareas que a la vez requieren más dispositivos informáticos. La brecha digital perpetúa las desigualdades, quedando la educación muchas veces fuera del alcance de menores que no tienen acceso a internet o dispositivos informáticos suficientes”, aseguraba Paula Chapela.

Además de la cobertura de material, el programa contempla en el hogar receptor de la ayuda la cobertura de la conexión a internet, que tiene un coste de 480 €/año.

“Teniendo en cuenta el coste que supone la conexión a internet y la compra del dispositivo, hay muchas familias que no se lo pueden permitir; y tal y como hemos podido constatar desde la entidad, es una realidad que dificulta el desarrollo académico de los menores que estamos atendiendo”, explicaba la responsble de comunicación.

Esta actuación cuenta con la colaboración del centro escolar IES Arzúa, que fue quien se puso en contacto con la entidad para solicitar la ayuda tras detectar el caso. El programa, que ya se desarrolló el curso escolar anterior, recibe cada vez más solicitudes de ayuda, tanto por parte de las familias que la entidad atiende en riesgo de exclusión, como por parte de los propios centros escolares que detectan en sus aulas las carencias.