Boiro avanza en el rescate del Pazo de Goiáns: ahora se va a rehabilitar la capilla
La Diputación aportará casi 88.000 €, el ochenta por ciento del coste total // El templo, del siglo XIX, se hizo sobre otro de 1630
Tras la rehabilitación de la edificación principal y la torre del Pazo de Goiáns (reabierto recientemente al público y convertido en el principal santuario cultural del municipio) la Diputación de A Coruña comprometió este viernes una aportación de 87.905 € para restaurar también la capilla y frenar su deterioro.
El templo actual data del siglo XIX, pero se construyó sobre otro fundado en 1630 por Jorge Varela de Castro Sotomayor, quinto mayorazgo del Pazo de Goiáns. En aquel momento, su tribuna se comunicaba con la vivienda mediante una escalera exterior que daba a una pequeña terraza, desde la que se accedía a través de una puerta a la sala del reloj del pazo, con el objetivo de resguardar a los señores y a la familia de las inclemencias meteorológicas. Se deduce que, probablemente, sobre los cimientos de la antigua capilla se edificó la actual.
Su restauración es un espaldarazo al plan del Concello para sacar de la ruina a todas las construcciones anexas al pazo (aún falta por actuar en los lagares, la vivienda del personal de servicio y un palomar de 198 nichos).
El presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, y el alcalde, José Ramón Romero, firmaron el convenio por el que la administración provincial aporta el 80 por ciento del presupuesto total de la actuación, que asciende a 110.133 euros.
El Pazo de Goiáns es una antigua fortaleza medieval situada en un entorno único, al pie del estuario del río Coroño, y rodeado de amplios jardines llenos de especies singulares, un embarcadero y unas antiguas pesquerías.
Actualmente, la cubierta está desplomada. En sus muros, hechos de granito, no se aprecian grietas significativas, aunque el mortero de cal que los reviste por el exterior está desprendido por muchas zonas, lo que permite la entrada de humedades.
LÍQUENES Y MUSGOS. En las fachadas están proliferando líquenes, musgos o enredaderas. Las carpinterías exteriores de madera están en mal estado, al igual que las rejas de las ventanas. En el interior existe un altar, totalmente cubierto de musgo, y en la entrada se mantiene la cubierta, pero su estado de conservación es malo.
La intervención que se llevará a cabo pretende consolidar, sin alterar su estética, los restos que se conservan íntegramente o que permiten una clara identificación de su estado original, así como rehabilitar la cubierta, los muros y las carpinterías, manteniendo la configuración interior de la nave y del altillo. Además, se instalará una nueva iluminación y se realizarán la limpieza y tratamiento interior de los muros.
El pazo fue construido por los Fandiño Gayoso a mediados del siglo XVI, posiblemente sobre una torre defensiva anterior que fue destruida durante las Revueltas Irmandiñas del siglo XV. En él llegaron a trabajar 22 criados en 1723. Ocupa una superficie construida de 80 m2.
El cierre perimetral del pazo data del siglo XVIII y mide 1.972 metros. Y la torre (de 14 metros) se levantó en 1688.
En cuanto a la parcela, abarca una superficie de 120.000 m2 y atesora ejemplares de gran antigüedad y de especies muy singulares, como una camelia sasanqua y un alcornoque (de 20 metros), ambos de casi dos siglos. Una finca en la que llegaron a cultivarse espárragos, melones e incluso garbanzos.