Brindis pulpeiro en O Son y gran despliegue marisquero en Lira
El Concello de Porto do Son celebró este sábado, aunque tímidamente, la vigesimosegunda edición de la Exaltación do Polbo que el coronavirus le robó el año pasado. Con un aforo muy restringido y con las obligadas medidas de seguridad sanitaria, cientos de personas se dieron cita en la carpa instalada por el maestro pulpeiro Manuel Veloso en el parque ubicado en la fachada marítima, cerca de la playa urbana de la villa.
La escasa promoción y el cambio de ubicación con respecto a otros años (dado que la fachada marítima está en obras) restaron afluencia de público, pero lo importante este año era actuar con prudencia y sentidiño.
A la cita no faltó el alcalde, Luis Oujo Pouso, quien, como ya suele ser tradición, llegó con atuendo deportivo, poco antes de la una de la tarde, tras concluir la andaina en la que participó desde Boiro (veintidós kilómetros), organizada por el Club International Trekkers Barbanza-Sar.
Una ruta a la que se sumaron unas setenta personas y que se inició ante el consistorio boirense a las ocho de la mañana. Entre los andariegos estaban también el regidor boirense, José Ramón Romero; los empresarios Juan José Fajardo y Francisco González Lojo; el presidente el Club Deportivo Boiro, Marcos Martínez; el edil del PP de Noia Julio Bustelo; el edil de Emprego de Porto do Son, Manel Deán; Gerardo Triñanes, propietario del astillero Triñanes de Boiro; y Joaquín Ozores, productor mejillonero.
Por primera vez, González Lojo (que es el presidente del citado club) hizo la andaina acompañado de sus nietas Amalia y Xoana Méndez.
El buen tiempo acompañó durante toda la jornada. Además, la zona portuaria sonense estuvo muy animada con el mercadillo de artesanía que se celebra allí hasta el día 29.
Veloso preparó quinientos kilos de pulpo, que se vendieron al precio de doce euros la ración, además de empanadas, churrasco y mejillones. La pulpería Veloso, fundada en 1942, recibió elogios de los asistentes, no sólo por la calidad de los productos, sino también por el rigor con el que se garantizaron las medidas sanitarias de prevención frente al COVID. La pandemia, eso sí, sólo le permitió al pulpeiro acudir este año a las ferias mensuales de Curtis y Paiosaco.
Por su parte, la conselleira de Mar, Rosa Quintana, asistió a la fiesta de degustación de los productos de la reserva marina de interés pesquero Os Miñarzos, en Lira, un evento que pretende mostrar a todos los presentes la calidad y las bondades de los productos capturados por la flota artesanal de la zona e incrementar su valor.
Una muestra más del esfuerzo permanente del sector en ese ámbito. De hecho, al igual que en ediciones anteriores, los asistentes pudieron degustar pescados y mariscos certificados por la marca de calidad de la Xunta PescadeRías, como pulpo, percebes, berberechos o longueirones. Quintana estuvo acompañada del presidente de la Federación de Confrarías da Coruña, Daniel Formoso.
CERTIFICACIÓN DE CALIDAD. Esta fiesta, impulsada por las cofradías de Lira y O Pindo, da a conocer buena parte de los productos amparados por dicho sello, que certifica que fueron capturados como máximo veinticuatro horas antes de la primera venta y con artes de pesca muy selectivas, lo que contribuye a impulsar su demanda.
De hecho, el año pasado y a pesar del impacto de la alerta sanitaria por el coronavirus, las lonjas gallegas comercializaron más de once mil toneladas de productos del mar certificados con la marca PescadeRías.
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