Denuncian ‘tilosfobia’ y exigen que se mantenga la guardería

Los representantes de la asociación de vecinos de Os Tilos, parroquia teense que suma 2.500 vecinos, no están dispuestos a que se elimine su centro de salud. Pero tampoco a que desaparezca la escuela infantil, cuyo mal estado salió a relucir en el pleno, tras la inspección de la Xunta y a pregunta del PSOE. Por ello, temen que el ejecutivo local no quieran renovar el convenio con la Iglesia (dueña del inmueble) y se queden sin el servicio, por lo que reclaman un mantenimiento del local.

Y de cara a evitar riesgos, se han dirigido a los grupos de la oposición para que soliciten al Concello de Teo todas las reformas realizadas en esta guardería, municipalizada en el año 2018, “prestando especial interés por el patio interior, ya que tras una visita con el concejal responsable el día 15 de febrero de 2022, dicho concejal afirma que todos los años se hace un mantenimiento de las paredes en este patio, apreciando nosotros problemas de humedad”, aportan. Además, achacan que apenas tenga 30 alumnos al horario de tarde recortado.

Las mismas fuentes también constatan sus dudas ante “la información facilitada, por lo que queremos conocer la inversión y el tratamiento utilizado para la humedad, pues se tendrá que exigir a la empresa que lo realizó responsabilidades”, apostillan.

Del mismo modo, quieren saber si los cuatro munícipes que gobiernan solicitaron la colocación de un contador de luz individual, “ya que la escuela a día de hoy no cuenta con este elemento” y, por otro lado, están a la espera de que se les confirmen “los motivos por los cuales el arquitecto del Concello se niega a realizar un proyecto de rehabilitación dentro de la escuela para facilitar la eliminación de barreras” de cara a su reorganización, Este es el motivo, afirman, “que según el concejal hacen inviable la renovación de la concesión gratuita del local, que termina en septiembre de 2025 y la Iglesia pretende renovar 30 años”.

En el pleno se abordó la inspección de la Xunta que, según los socialistas, podrían propiciar su cierre, por la ubicación del ascensor o las deficiencias estructurales. El edil Ignacio Iglesias aseguró que sí cumplía la normativa, pero “de xeito máis precario”.