El ‘periplo’ de los okupas de Lariño

Por desgracia, en la mayoría de los casos, las personas que alquilan una vivienda y posteriormente no abonan la mensualidad acordada, no son gente necesitada, pues existen otras vías de las que echar mano antes de llegar a esa situación. A veces este modo de ocupación responde a una forma de vida.

Vecinos de Lariño (Carnota), que estos días se manifestaban cacerola en mano para que un matrimonio abandonase una casa que había alquilado después de conocer que había sido desalojado de otra vivienda por impago, aseguran que la pareja cuenta con antecedentes.

Relatan a este diario que, tras una larga batalla judicial se vieron obligados a abandonar la casa en la que habitaron alrededor de un año en la parroquia carnotana de O Pindo. Ante esta situación, los lugareños explican que durante estos días se ha sabido que trataron de alquilar en Caldebarcos, “chegando a falar con tres propietarios diferentes e dando nomes falsos”.

Llegaron a Lariño, y un vecino les dejó un bajo para que almacenasen sus enseres... como el propietario no le quiso arrendar la casa, finalmente el matrimonio consiguió otra en las proximidades.

Lo cierto es que la casera, que desconocía el pasado de los inquilinos, les cedió la vivienda por un año, pero no tardó demasiado en verle las orejas al lobo, ya que según indican, concluido el primer mes no recibió el pago. Pidieron una prórroga, pero justo en ese momento, la mujer fue conocedora de lo que había sucedido con ellos en la zona de O Pindo, por lo que les pidió que se fueran de la casa.

Ante la negativa de estos, los habitantes del lugar organizaron caceroladas enfrente de la casa alquilada para exigir a los inquiocupas que abandonasen la misma. El domingo, los forasteros manifestaron su intención de marcharse de la casa en el plazo de dos días, previsiblemente este martes día 3 de mayo.

El lunes se les podía ver cargando sus enseres en un taxi y, este martes, en su propio coche. Al parecer tenían pensado instalarse en Muros pero el dueño de una propiedad no quiso arrendarles al conocer su historia por las redes sociales, por lo que intentarán conseguir vivienda a lo largo de Costa da Morte.