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Maceiras, Piñeiro, Deira y Colomer: hay vida tras las mayorías absolutas

Una década después de que dejasen la política, este diario reúne por primera vez a los cuatro exalcaldes del Barbanza // El rianxeiro desvela al fin por qué se fue sin afiliarse al PSOE tras 17 años en el cargo // ¿Qué espinas llevan clavadas?

José Luis Torres Colomer (PP), dejó en 2011 la alcaldía de Ribeira tras gobernar el municipio durante dos décadas con cinco mayorías absolutas. Ese mismo año se retiraba también Pedro Piñeiro tras 17 años gobernando Rianxo como independiente en las listas del PSOE, al que brindó cuatro mayorías absolutas. Las mismas con las que dijo adiós en 2015 Isaac Maceiras (PP) tras servir a A Pobra 16 años. El único que no las logró fue Xosé Deira (BNG) que dirigió el consistorio de Boiro en dos mandatos y en coalición hasta 2011.

Desde entonces, hace una década, no se volvieron a reunir. Este diario les ha citado para hacerles una pregunta: después de la política, ¿qué?

Los cuatro son abuelos. Isaac tiene 4 nietos; José Luis 3; Pedro 2 y Xosé, una. Fraguaron su amistad sobre los pilares de la Mancomunidad que construyeron y cuyos acuerdos alcanzaron siempre por unanimidad. Sin fisuras. Porque compartían el mismo concepto de comarca como una gran ciudad.

Todos madrugan. Se levantan a las ocho. Bueno, Maceiras a las siete y media, porque tiene que acompañar al más pequeño a la parada del bus.

Maceiras anda leyendo Abril descubre el mar y los helados de fresa, de Diana Pardo, de ascendencia pobrense; Deira, libros de filosofía; Colomer, volúmenes sobre las grandes civilizaciones; y Piñeiro, Matar a Franco.

A unos les costó más que a otros desconectar de la política. Deira reconoce que aún no lo hizo. Desde que los pensionistas retornados iniciaron sus movilizaciones, él es su portavoz comarcal.

A Colomer, en verano, es más fácil buscarle en medio de la ría, navegando en su pequeña embarcación. Él todavía fue senador hasta hace tres años, y es presidente del Club Náutico de Ribeira y de la Xunta Consultiva del Parque Natural de Corrubedo. “O gusanillo sempre queda”, dice. Aunque sigue “en contacto ca xente”, explica que “agora dedícome á patria chica: á familia, ós amigos, ó barco e á horta”. Piñeiro dice que, tras abandonar la política, hizo “borrón e conta nova, porque perdín a ilusión”. Hoy desvela por qué se fue sin cumplir su promesa de afiliarse al PSOE cuando se retirase.

Al respecto explica que no lo creyó oportuno después de que al final de su último mandato explotase la polémica por la licencia ilegal concedida a una cantería, que acabó sentándole en el banquillo e inhabilitándole por 14 años.

“Eu non me arrepinto de ter sido alcalde; arrepíntome de cousas que fixen sendo alcalde”, matiza Piñeiro, quien afirma que cuando ejercía el cargo “o día a día e a inmediatez das cousas non me deixaban reflexionar. Era moi difícil desconectar da alcaldía”.

Por su parte, Colomer explica que “eu tiven moitos cargos políticos: director xeral, deputado, senador, presidente da Deputación... Pero o que máis me gustou foi o de alcalde do meu pobo, porque tiven a ocasión de coñecer a xente de todo o municipio e intentar satisfacer as súas necesidades”. También Deira dice sentirse honrado por ello: “Meditei o que tiña que meditar e asumín logo o que tiña que asumir. Unhas cousas gustaron e outras non. Do único que me arrepinto é de non ter feito máis”, indica.

Pero lo cierto es que los cuatro se marcharon con espinas clavadas. En lo general, coinciden en que el gran proyecto comarcal frustrado fue el de lograr una estación barbanzana del AVE. En lo particular, “a ampliación do cemiterio da miña parroquia, Abanqueiro!”, exclama Deira, quien añade que “tropecei con Costas e aínda hoxe está sen facer. E aínda hoxe ando eu metido nesa loita”.

Colomer lamenta no haber podido desarrollar más suelo industrial “por problemas doutras administracións”. Y elogia a Rianxo por haber “acertado” con el desarrollo del suyo. “Tamén me marearon con el!”, le apostilla Piñeiro. Maceiras habría querido ampliar la zona de atraque del muelle industrial.

Sobre las arcas municipales, mientras Colomer presume de haber dejado “millo no hórreo”, Piñeiro reconoce que “Rianxo quedou moi endebedado... pero porque se fixeron cousas”. “Un Concello debe dar servizos, non beneficios”, dice Maceiras.

Ven la política nacional actual con preocupación. “Un momento delicado”, dice Maceiras, para quien la política “é a arte de traballar polo pobo, ó que temos a obriga de facer feliz”. “Nada exemplarizante”, apunta Piñeiro, quien añade que “a democracia estase levando ó limite”. “Fai falta moito sentidiño”, opina Deira. “Salvo raras excepcións, non hai políticos de Estado”, indica Colomer.

Se van con sus nietos. A sus cosas, contentos por el reencuentro. Se comprometen a citarse pronto para hacer la escapada que les quedó pendiente de cuando eran contemporáneos en el poder: esperan poder ir juntos algún año a las Fallas de Valencia.

01 ago 2021 / 01:00
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