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Muralismo en honor a las mujeres de Tarrío

La ordense Nana y los vecinos completaron tres obras sobre su labor y ritos colectivos en el rural

El proyecto Terra de mulleres: voces nos valos, organizado por 7H Cooperativa Cultural y por el Ayuntamiento de Ames, en colaboración con la Asociación Vecinal Tras do Río, finalizó su segunda edición con una gran acogida por parte de la ciudadanía... y nuevos murales para despertar conciencias y gozar de la pintura de Diana Rodeiro.

Este año, la iniciativa, que tiene como objetivo honrar la memoria de las mujeres trabajadoras del rural y rescatar la importancia de los ritos en la identidad colectiva, se desarrolló en Tarrío.

Así, y tras el éxito que logró el pasado año esta iniciativa en Biduído, el proyecto de muralismo en el rural de la concejalía de Benestar Social e Igualdade repitió en la misma aldea, la de Tarrío, su apuesta por traducir las vivencias de los vecinos en obras con perspectiva feminista y arraigadas en el territorio. Así, y gracias a la financiación del Concello de Ames, la coordinación de 7H Cooperativa Cultural y la colaboración de la asociación vecinal Tras do Río, su segunda edición dejó tres nuevas creaciones de arte urbano en Ames.

Fue la artista ordense Diana Rodeiro, más conocida como Nana, la encargada de acometer en solitario dos piezas de gran y mediano formato. Inspirada en las historias transmitidas por los lugareños en una reunión mantenida antes del inicio de las intervenciones, la artista centró su mirada en la reivindicación del papel desarrollado por las mujeres en el sostenimiento económico y en el mantenimiento de las tradiciones.

Una de las habitantes más queridas de la aldea es la protagonista de la obra de mayor tamaño, conformada por una composición en dos paneles. En el primero de ellos, se observa un retrato de gran formato sobre Carmen da fonte, quien sostiene simbólicamente en una mano la fuente de este enclave, cuyo cuidado asume desde hace 50 años y que le valió su cariñoso apodo. En la otra escena, el protagonista es un tendal de ropa que recrea el momento cuando, tras el duro trabajo de la tierra, las mujeres del lugar, personificadas en Carmen, seguían con las labores y cuidados de la casa.

La segunda de las obras de Nana, situada en una antigua mina de agua, representa, a través de un relato en tres viñetas, el ciclo del cereal, fundamental en la economía local, y la vinculación de este con un rito que, antaño, también tuvo gran importancia en la localidad y en el resto del Val da Maía: la tradición del lumepan. Para pedir por la abundancia y protección de la tierra, en la noche de 30 de abril los lugareños recorrían en grupo los caminos que llevaban a las fincas acompañados de antorchas para alumbrar las tierras y esparcir las cenizas por los surcos donde germinarían las cosechas.

Finalmente, un grupo de vecinas de la aldea y de otras localidades de la zona también tuvieron oportunidad de dejar su huella en esta edición a través de un taller participativo. Como resultado del proceso colectivo, desarrollado a lo largo del sábado 12 de noviembre, las participantes crearon un mural que honra el oficio de las panaderas.

02 dic 2022 / 23:00
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