Recogimiento sin procesiones en el Barbanza
Por segundo año consecutivo, las restricciones motivadas por la pandemia obligaron a reducir al máximo las celebraciones lúdicas y religiosas en torno a dos de las grandes fiestas estivales del Barbanza: la de la Guadalupe, en Rianxo, y de Santa Uxía, en Ribeira. Dos citas en las que la fe cubrió más que nunca el vacío motivado por el distanciamiento social y las limitaciones de aforo: con recogimiennto y con devoción.
En Rianxo, unas seiscientas personas participaron sentadas en la misa solemne oficiada este domingo en la alameda. No hubo procesión, ni por tierra ni por mar. El momento más emotivo se vivió cuando cuatro marineros dieron la vuelva a la alameda con la Virxe Moreniña a hombros y la bailaron al ritmo de la Rianxeira a las puertas del templo.
En Ribeira, la jornada dominical se vivió de igual manera. Allí, cientos de fieles siguieron desde el atrio y desde la Praza da Porta do Sol la misa solemne de campaña, a cuyo término ofreció un concierto la Banda de Música de Lousame.
Poco después tenía lugar en la Praza de Compostela la actuación de Rockolas, y por la noche ofrecieron sendos conciertos acústicos en el Malecón Miguel Erentxun y Monoulious DOP, que llenaron un aforo con 350 localidades. Sumando el público de las terrazas de la zona, había más de 700 personas.
Igual de exitosa fue la I Ruada do Traxe Galego Aires de Dorna que organizó la Asociación de Amas de Casa de Ribeira. El espectáculo Abracadaver de AsSircópatas y el concierto de Davide Salvado, Fransy González y Cibrán Seixo fueron otras de las propuestas musicales de la programación festiva de este año.