Templo abierto en A Pobra por el Nazareno
La Plaza Alcalde Segundo Durán de A Pobra fue este domingo un gran templo abierto en el que cientos de fieles asistieron a las tres misas oficiadas en el marco de la festividad del Nazareno. Por segundo año consecutivo, las restricciones de la pandemia impidieron celebrar la tradicional procesión de las mortajas, en las que las personas ofrecidas al Nazareno caminaban tras féretros.
Pero en esta ocasion sí hubo a los pies del altar un ataúd, alquilado por una mujer de Boiro para pedir al santo por la recuperación de su hijo. El oficio religioso estuvo presidido por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, y por el cura párroco de la iglesia de Santiago do Deán, José Soneira.
Entre las autoridades presentes se encontraban el alcalde, Lois Piñeiro, varios ediles de la Corporación y el patrón mayor de la cofradía pobrense, Enrique Maceiras.
A lo largo de la mañana se celebraron tres misas, cada una de ellas con un aforo de quinientas plazas, aunque pudieron verse algunas sillas vacías. Más de un centenar de personas siguieron los oficios religiosos a través de streaming. El acceso a la plaza se controló mediante los códigos QR de las entradas repartidas previamente con reserva.
Y, aunque no se celebró la procesión, muchos fieles quisieron acompañar la imagen del Nazareno en su regreso al templo de Santiago do Deán, manteniendo, eso sí, el obligado distanciamiento social.
El buen tiempo acompañó durante toda la jornada. A Pobra espera ahora que la pandemia remita y permita celebrar en 2022 una Festa do Nazareno lo más parecida posible a la de hace tres años.