Universidad y artesanía se alían en busca de un sonido perfecto

Llegó a la aldea carnotana de Cornido con veinte años, junto con su hermano y cargado de ilusión, donde comenzó a dar vida a sus personales diseños. Nacho Porto (A Estrada, 1959) lleva allí más de cuatro décadas, lugar en el que ha dejado volar su creatividad, convirtiéndose en un referente de la artesanía gallega.

Sus trabajos pueden contemplarse y adquirirse en la página web nachoporto.com, donde llama la atención el apartado tecnológico. Se trata de altavoces de cerámica para amplificar el sonido de los teléfonos móviles, con el Smartdog, Pousafon, Balea o Maxfon.

La historia de estas creaciones se remonta al año 2014, cuando le llamó la atención el efecto del sonido de los móviles y comenzó a estudiar cómo podía mejorarse. “Entonces fixen un montón de probas. Empecei a facer uns cantos e ía quedando satisfeito cos resultados, pero atopeime con moitos problemas de deseño, de produción, de decoración... pero había un que eu non sabía por onde empezar a darlle, que era como mellorar a amplificación e máis a calidade do son”, explica el protagonista de estas líneas.

Fue conocedor de que se trataba de un “problema de matemática pura”, algo que, cuenta el artista, le llamó la atención “porque isto está inspirado nos cornos, que é unha cousa que levamos utilizando todos dende a prehistoria”.

Por ello, decidió mover ficha y contactar con expertos en la materia. A la primera puerta que llamó fue a la de la Universidade de Santiago. En la facultad de Matemáticas el profesor Andrés Prieto y la decana Elena Vázquez Cendón se interesaron por el tema. Y, paralelamente, contactó con la Universidade de Vigo, con Telecomunicaciones y el profesor Manuel Sobreira, donde un alumno enfocó su trabajo de fin de grado en el asunto.

“Todos os anos foron facendo traballos, catro en Telecomunicacións e un en Matemáticas, co obxectivo de descifrar como funcionaba o aspecto sonoro deses altofalantes que facía eu”, explica el estrandense, quien comenta que en esta última investigación una joven se centró en una de sus obras, una bocina, “e chegou á conclusión de que se poderían facer unhas cantas modificacións como: cambiar a curvatura do altofalante e anchear un pouco máis a entrada; ademais o fixo en 3D mediante fórmula matemática”.

El proyecto de colaboración entre la USC, la UVigo y la empresa artesana, y todo el trabajo de los últimos años, ha generado magníficos resultados, pues la pieza acaba de ser presentada en la Cidade da Cultura, en Santiago de Compostela. Ahora sólo queda pendiente una reunión “para poñerlle un nome e ver que imos facer con ela e por onde van seguir as liñas de investigación, porque quedan moitas preguntas no aire”, indicó.

Nacho Porto asegura que un artesano “é unha persoa que traballa coa cabeza” y que no se pueden poner puertas al campo: “vivimos nun mundo moi cambiante, aparecen unhas tecnoloxías que veñen para quedarse e cada vez van evolucionar a máis. O que hai que tratar é de acoplarse a iso e mirar o lado positivo destas cousas novas que veñen”.

“O día que descubrín que cun taladro e cunha hélice de bater pintura batía moito mellor o barro, tirei co pau. É así de sinxelo”. Por ello, afirma que el camino recorrido hasta el momento es sólo el inicio, pues “esto abre a porta a outro campo de experiencias, a outro nivel de investigación e creo que está plenamente xustificado porque eu na vida chegaría a comprender o tema”.

Todos ellos han demostrado que con alma y corazón, se pueden lograr conclusiones muy interesantes.