Vibró la comarca del Sar con el rugir de las motos clásicas

Éxito rotundo. Más de trescientas joyas sobre dos ruedas, todas matriculadas antes de 1985, se sumaron ayer a la XIV Ruta Internacional de Motos Antigas Terras de Padrón, una cita que, tras los dos peores años de la pandemia, se ha recuperado con una gran acogida por parte de los apasionados de los vehículos históricos. La expectación era tremenda y a la cita asistieron clubes de toda Galicia y el norte de Portugal. De organizar el encuentro se encargó el club padronés que preside Manolo Martín Azpiazu, y del que forman parte un nutrido grupo de aficionados de la villa y su comarca.

Los moteros se reunieron a primera hora de la mañana en el Hotel Scala, donde acudieron también numerosos curiosos para poder contemplar el rugir del motor de las Harley-Davidson, las Ducati, las clásicas Vespa, de todos los colores, o los sidecar, algunos de la época de la II Guerra Mundial. Tras un desayunos para empezar bien el día, se encendieron los motores para poner rumbo a Carcacía, por el itinerario paralelo al cauce del Ulla; y de allí a Pontevea, para luego atravesar Cacheiras y llegar a Compostela. En el Monte do Gozo tuvo lugar un avituallamiento, en el que los asistentes pudieron compartir experiencias y recuperar fuerzas para seguir el recorrido, que continuó por los concellos de Ames y Brión, para luego entrar en Rois. La ruta finalizó en el lugar de origen, el Hotel Scala, donde tuvo lugar un almuerzo de confraternidad, tras el cual se realizó un sorteo de regalos.

Todos los participantes coincidieron en el éxito y la buena organización de la cita, a la que alguno calificó como la más importante del noroeste peninsular en base al número de participantes, la antigüedad de los vehículos y su buen estado.