Vicente Mejuto, un ceense que acabó en una fosa en Navarra
Más de ochenta años después de haber sido asesinado en una ladera del monte Ezkaba (Navarra), el Instituto Navarro de la Memoria ha conseguido identificar a Vicente Mejuto Leis, un vecino de Cee que fue detenido durante la Guerra Civil, junto a su hermano Téofilo y otros sindicalistas de la comarca. Todos ellos acabaron siendo condenados a muerte y asesinados por el régimen franquista.
Vicente Mejuto era uno de los cuatros presos que se fugaron el 22 de mayo del año 1938 del Fuerte de San Cristóbal. Tras ser detenidos fueron asesinados en las faldas del monte Ezkaba, en una zona próxima a la localidad navarra de Berriozar, conocida como la Esparceta. Se trata del quinto fugado identificado y el primero de los cincuenta y cinco gallegos asesinados durante la fuga del penal.
La identificación de los restos de Mejuto Leis ha sido posible gracias a la creación del banco de ADN de Navarra y a las muestras genéticas aportadas por uno de sus familiares. Con la de Vicente Mejuto son ya veintenueve las personas identificadas desde la creación de dicho banco, y desde entonces se han abierto un total de 268 expedientes.
En cuanto a las identificaciones, el Gobierno de Navarra recuerda que solo pueden llevarse a cabo si se cuenta con muestras genéticas aportadas por familiares, y para contactar con ellos es fundamental el trabajo de las asociaciones. En este caso, un familiar de Vicente fue quien contactó con Txinparta-Fuerte de San Cristóbal, que a su vez lo puso en conocimiento del Instituto Navarro de la Memoria.
Vicente Mejuto Leis nació el 24 de enero de 1913 en Cee. Estaba soltero y era chófer. Según relata el historiador corcubionés Luis Lamela, fue detenido después de permanecer huido un tiempo tras ser acusado de haber arrancado y roto un bando de guerra que había expuesto la Guardia Civil en un tablón de anuncios del ayuntamiento ceense.
Vicente fue procesado y juzgado por rebelión militar y condenado a 12 años y un día de prisión. El 17 de junio de 1937 fue trasladado desde la Prisión Provincial de Coruña al penal del Fuerte de San Cristóbal, situado en el monte Ezkaba cercano a Pamplona, donde permaneció encerrado hasta el día de la fuga.
En el caso del resto de los fugados gallegos, aunque todavía no han podido producirse más identificaciones, el banco de ADN cuenta con muestras de varios familiares de asesinados en la fuga gracias a la colaboración de numerosas asociaciones memorialistas de Galicia, que se han implicado de forma activa en la búsqueda de esos descendientes.
En el Instituto Navarro de la Memoria confían en que esta identificación estimule nuevos contactos para poder seguir avanzando en este complejo proceso.
TESTIMONIOS VECINALES. La fosa de la Esparceta, donde se localizaron sus restos, fue exhumada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi a iniciativa del Ayuntamiento de Berriozar el 18 de abril de 2015. Desde el Gobierno de Navarra, aseguran que para su localización fueron de gran relevancia las investigaciones de Fermín Ezkieta y los testimonios de varios vecinos de la localidad, que narraron el importante movimiento de militares y guardias civiles tras conocerse la noticia de la fuga, y la detención de cuatro presos, conducidos por el llamado Camino del Agua hasta el paraje de la Esparceta, donde fueron asesinados.
Durante los años siguientes, en dicho paraje se ha desarrollado un importante proyecto de creación de un espacio de memoria, con participación comunitaria, especialmente de jóvenes de la localidad, organizados en torno a Gaztegune con la dinamización de la asociación Ikari Ari.
El trabajo consistió en tareas de limpieza y acondicionamiento del espacio, combinadas con la reflexión sobre aquellos hechos, que han dado lugar a la creación de un parque inaugurado recientemente.