CÓMIC
La coruñesa Elena Uriel publica 'Días sin escuela', junto al valenciano Sento
La autora gallega se alía con el dibujante valenciano para hilar un cómic con testimonios de primera mano sobre la necesidad de contar conflictos como la guerra de los Balcanes

La coruñesa Elena Uriel publica 'Días sin escuela', junto al valenciano Sento / Cedida

La autora coruñesa Elena Uriel ha publicado junto al valenciano Sento un libro titulado Días sin escuela, cómic editado por Astiberri. Su guion a medias con dibujos del autor levantino, hila un relato con testimonios de primera mano sobre la necesidad de contar conflictos como la guerra de los Balcanes (eje del relato).
Así se vive en plena guerra
Este cómic refleja la herida de quienes viven una guerra, pero lo hace sin regodearse en el dolor, plasmando más bien la capacidad de seguir adelante de sus protagonistas, su lucha por continuar cuando el mundo se desmorona.
Escenas como una escuela cochambrosa, pero esforzada donde, aparte de enseñar nociones de ciencia o letras, se educa a los niños a reconocer avisos de minas; o el plano de una madre borrando por cautela la cruz del escudo del FC Barcelona en una camiseta encontrada en medio de los escombros del conflicto, son mero ejemplo de lo que supone afrontar la vida cuando uno la puede perder en cualquier momento.
E igual que esas escenas hay otras reveladoras, como esa donde vemos sacar los niños a la noche gélida para bajarles la fiebre en días sin medicinas; o la gráfica desaparición de los bosques en lugares donde urgía leña para no morir de frío; planos que hoy que Oriente Medio y Ucrania arden, hacen recapacitar sobre el llanto y la ruina que supone toda guerra.
Historia autobiográfica
Publicado en formato apaisado con tapas en cartoné (176 páginas a tamaño 24 x 17 cm.), este libro titulado Días sin escuela se ve y se lee de maravilla. Va sobrado de verdad, ya que en la primavera de 1992, los protagonistas del libro, un niño de seis años y una niña de cuatro, fueron acogidos por Elena Uriel y Sento, de ahí la valía de esa viñeta al final donde se explica que se graba una conversación sobre la guerra de los Balcanes para hacer un libro, recalcando que, si las cosas se cuentan y difunden, es más fácil aprender de los errores.
Narrado en dos partes, se salta de ese crudo ayer de los primeros años 90 en Bosnia y Herzegovina al hoy, dejando los grises/azules para el conflicto con el presente lleno de color y emplea el clásico recurso de abrir ventanas pequeñas en las páginas que narran ese pasado para mostrar así la narrativa oral que transmite tantas y tantas cosas en cada familia de generación a generación desde hace siglos si es que las redes sociales no acaban con ello dentro de unas décadas.
Descargar un fragmento del cómic Días sin escuela
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