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Pasión por los tebeos

Natalia Velarde, la dibujante de cómic que convierte la muerte y el dolor en un tsunami visual y emocional

La autora venezolana afincada en España sorprende con su primer cómic largo, el explosivo y visceral 'Encías quemadas', donde invita a acompañarla en un viaje apocalíptico y fantástico por la pérdida, el duelo y la esperanza

Natalia Velarde.

Natalia Velarde. / Reservoir Books

Anna Abella

Barcelona

"Pensé en lo que más miedo me daba del mundo. Y que ese miedo se cumpliera. Pensé en la esperanza, el miedo a la muerte y en la culpa", confiesa Natalia Velarde sobre el embrión de una historia que llevaba años rondándola. "En aquel momento aún no había muerte. Sí el miedo a que llegara, pero sin pensar en enfrentarme al día después", continúa. Luego llegó. Su perro Tapón llevaba 17 años con ella y estaba al final de su vida, "con muchos achaques". "No quería hablar de qué hacer, todo me parecía horrible. No es lo que quieres para un ser querido, solo quieres tenerlo lo más cerca posible. En aquel momento mi pareja y yo pasábamos un momento de insestabilidad económica y no sabíamos cómo afrontarlo. Me fui a mi habitación y lloré. Entonces supe qué quería que fuese este libro: un lugar donde guardar a Tapón, donde volver a verle, donde él estuviera conmigo. Es un mundo de fantasía que nos ayuda a continuar. Fue duro. Duele. Debes aprender a vivir con ese dolor. El dolor tiene una parte positiva: no te deja olvidar las cosas que realmente han valido la pena. Todos hemos perdido a alguien o vamos a pasar por ello. Le debemos sinceridad al horror, aunque no sé si somos lo suficientemente fuertes". Y ese dolor tan íntimo, extrapolable a toda pérdida, a todo duelo, lo transformó y lo moldeó en ‘Encías quemadas’ (Reservoir Books), el explosivo, sorprendente, visceral y enorme primer cómic largo de esta venelozana afincada en Madrid desde 2005. Un tsunami visual y emocional del que al lector le es imposible salir indemne.

Doble página de 'Encías quemadas'.

Doble página de 'Encías quemadas'. / Natalia Velarde

Lo protagoniza Piel de Perro, una criatura medio animal y medio chica, su ‘alter ego’, que huye de una ciudad tan destruida como el resto del mundo, y emprende un viaje iniciático por un desierto, donde no faltan monstruos ni pesadillas, al que se suma el gruñón Cielito, "que teme quedarse solo en el fin del mundo". Buscan al Autor, para que reescriba esta fábula literalmente apocalíptica que, admite Velarde, refleja el caos y el peligro de extinción del mundo que nos rodea. "Al fin y al cabo, el arte es hijo de su tiempo. Y vivimos continuamente en ese ambiente pesimista y de desazón constante. Nos dicen que el mundo se está acabando, pones las noticias y solo ves miseria y cosas terribles. Y yo me agarro a mi pasión, que es hacer tebeos, porque así parece que las cosas tienen sentido".

Doble página de 'Encías quemadas'.

Doble página de 'Encías quemadas'. / Natalia Velarde

Con el proyecto de ‘Encías quemadas’, Velarde ganó la beca Injuve 2021-2022. Para él recuperó uno de cuando tenía 16 años, 'El Baikal'. "Tenía los personajes pero no sabía qué quería contar, fallaba a nivel narrativo. De allí cogí cosas que aún me obsesionan: la poesía, la mitología, las fábulas. Y revisando un antiguo cuaderno reencontré una canción que escribí, la historia de Piel de Perro. Lo reuní todo y lo presenté. Quería ir más allá del diario gráfico, del diario de autoexploración que había trabajado en mis fanzines". Se refiere la autora al ‘perzine’, "todo un género cuando hablas de intimidad y de cosas que te pasan. Con él es más fácil conectar con los demás, porque nuestras vidas no son tan diferentes. El arte es comunicar algo y es reconfortante y liberador saber que hay gente que siente lo mismo y comparte el duelo contigo".

Doble página de 'Encías quemadas'.

Doble página de 'Encías quemadas'. / Natalia Velarde

Porque Velarde, nacida en 1994, es una veterana del mundo fanzinero, ilustradora y fundadora del sello de autoedición Tarde y Triste. Asegura que ama el cómic desde que tiene memoria. "Siempre he trabajado pensando que no tengo nada que perder. He intentado hacer poesía sin que sea un rollazo y que todo el mundo pueda disfrutarlo. Me dejo llevar, sin imponerme nada a nivel gráfico, jugar con el medio y explorar, experimentar".

Doble página de 'Encías quemadas'.

Doble página de 'Encías quemadas'. / Natalia Velarde

Gráficamente, ‘Encías quemadas’ es arrollador. "Decidí marcar dos estilos muy distintos, para el diario gráfico y la narración fantástica. El diario son sueños que he tenido, la parte más autobiográfica es a carboncillo, más desdibujada, para que contrastara con la línea narrativa más ‘cartoon’, tipo los estudios de Hanna-Barbera (con Tom y Jerry a la cabeza)". Esa parte más animada, con más color, la ayudó, admite, "a hacer más fresca una historia triste, con más colores, que no solo fuera depresión".

Doble página de 'Encías quemadas'.

Doble página de 'Encías quemadas'. / Natalia Velarde

Natalia Velarde.

Natalia Velarde. / Reservoir Books

El cómic destila ecos de ‘El mago de Oz’, ‘Alicia en el País de las Maravillas’ y, recalca, de las fábulas de los yanomamis, un pueblo indígena del Amazonia. Pero las influencias de Velarde son eclécticas y diversas, muchas del mundo de los tebeos, que lee desde que tiene memoria. Del manga (su "credo" eran el cuarteto de autoras japonesas CLAMP) a ‘Blacksad’ ("¡me voló la cabeza con lo que hacía Juanjo Guarnido!") o Milo Manara, Enki Bilal,Watchmen’, Chester Brown, Brecht Evens y vuelta al manga con Jiro Taniguchi... Pero también del arte de Klimt, Bacon y Toulouse Lautrec. Y ese ‘cartoon’ que siempre la acompaña, como el recuerdo de Tapón.

'Encías quemadas'

Natalia Velarde

Reservoir Books

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