Sigue la tormenta en O Gran Camiño con un vendaval imparable llamado Jonas Vingegaard

El danés atacó con fuerza en la subida a Santa Tegra dejando clavados a todos sus rivales // Un gran trabajo de su equipo echó abajo la fuga de la jornada // En la general aventaja a Rubén Guerreiro en 28 segundos

Los ciclistas fugados pasan por delante del Parador de Baiona con el pelotón muy cerca de ellos. marta g. brea

Los ciclistas fugados pasan por delante del Parador de Baiona con el pelotón muy cerca de ellos. marta g. brea / víctor furelos

Después de la tempestad viene la calma. Y después de la lluvia, el granizo y la nieve los ciclistas vieron el sol en la etapa pontevedresa de O Gran Camiño. Pero nadie esperaba otra tormenta. En el pelotón se desató un vendaval llamado Jonas Vingegaard, que realizó un ataque demoledor a tres kilómetros de meta dejando atrás a todos sus rivales para enfundarse el maillot amarillo.

Había expectación por ver que nivel podría ofrecer el último campeón del Tour de Francia en su debut competitivo de esta temporada. Y no defraudó. Es como si Vingegaard quisiera emular a su gran rival en la ronda gala, el esloveno Tadej Pogacar, que arrasó en la clásica Jaén Paraiso y en la Vuelta a Andalucía mostrando unas prestaciones dignas de un gran campeón.

Pero la jornada arrancaba ya con turbulencias desde Tui. Por delante quedaban 184 kilómetros y dos puertos antes de la meta en el alto del monte Santa Tegra desde el que se divisa la desembocadura del río Miño y su orilla portuguesa. Apenas recorridos siete kilómetros ya se formada la gran fuga de la jornada con Unai Cuadrado (Euskatel), Josu Etxeberria (Caja Rural), Antonio Angulo (Burgos BH), Alexander Konychev (Corratec), Sebastian Schönberger (Human Powered Health), Mattia Bais (Eolo Kometa) y Alejandro Ropero (Electro Hiper Europa).

Los fugados mantenían entre dos minutos y dos minutos y medio de distancia con repecto al pelotón a su paso por Moaña –en donde Ropero se imponía en el Sprint Verde–, Cangas, Bueu, Marín, Pontevedra, Redondela e incluso en el alto de San Esteban de Negros en el que se imponía Sebastian Schönberger.

A partir del descenso las distancias empezaron a recortarse con los corredores del Jumbo Visma controlando el pelotón. Mientras tanto, por delante Ropero volvía a cruzar de primero las pancartas del Sprint Verde de Gondomar y Baiona.

El trabajo de los compañeros de Vingegaard estaba dando sus frutos y en el alto de la Cruz da Portela la fuga llegaba a su fin aunque antes Schönberger coronaría el puerto en primera posición.

El pelotón ciculaba por Oia con la mente puesta en el asalto final. Se esperaba una gran tormenta pero el alto ritmo impuesto por Rohan Dennis mantenía a raya a los grandes favoritos hasta que ya en la subida de Santa Tegra apareció un vendaval llamado Jonas Vingegaard. Atacó como un rayo y nadie encontró la fuerza necesaria para seguirle.

Con un pedalear fácil se enfrentó al pavés del Vía Crucis y lejos de aminorar la marcha, el danés parecía más veloz. Alzó los brazos en meta y fue necesario esperar 21 segundos para saber quien llegaba por detrás que no fue otro que el portugués Rubén Guerreiro, del Movistar, aupado por los numerosos compatriotas que se acercaron al monte de A Guarda. El luso se sitúa además segundo en la general a 28 segundos del danés. A continuación llegaron a meta Ion Izagirre (Cofidis), a 24 segundos, y Antonio Pedrero (Movistar), Jesús Herrada (Cofidis) y Víctor Langellotti (Burgos BH), a 26 segundos.

Líder y demostrando consistencia. Así empieza Vingegaard la temporada. Y él mismo lo reconocía en la meta al manifestar que “estoy muy contento por la victoria, espero poder mantener el maillot en la etapa de mañana. Va a ser duro, veremos cómo me encuentro, pero siempre me gusta llevar el maillot amarillo, estoy muy feliz. Es mi primera victoria en España, es especial para mí. Es el inicio de temporada y quería demostrar que estoy bien. El día anterior fue muy duro por el frío, pero ya me encontré mucho mejor. Espero mantener el maillot amarillo”.

El corredor del Jumbo le dedicó la victoria a su novia y su hija después del viaje relámpago que tuvo que realizar a Málaga, en donde vive en invierno, por un percance familiar.

Centrado ya en la carrera gallega, el danés espera conservar el punto de forma que demostró en A Guarda tanto en la etapa reina de mañana, con cinco puertos en la provincia de Ourense y final en alto, como en la crono de Santiago para anotarse el triunfo final.

La etapa reina presenta cinco dificultades montañosas

Latercera etapa de O Gran Camiño partirá de Esgos poco antes de la una de la tarde con destino al Alto do castelo, en Rubiá. Serán 163 kilómetros en los que los ciclistas se encontrarán tres sprints bonificados ena Pobra de Trives (km. 70), A Rúa (km. 95) y O Barco (km. 123) y cinco puertos en Alto do Rodicio (km. 30, de 3ª), Alto da Hermida (km.85, de 2ª), Alto de Santa Mariña (km.100 y km.133, de 1ª) y en la meta el Alto do Castelo, de primera categoría.