El esloveno Tadej Pogacar, convertido en mito, gana también la Flecha Valona 2023

El fenómeno del ciclismo encadena victorias en el Tour de Flandes, la Amstel Gold Race y esta nueva carrera // El domingo parte como favorito de la Lieja-Bastoña-Lieja

Tadej Pogacar, Mattias Jensen y Mikel Landa conformaron el podio de esta clásica, la Flecha Valona 2023 / twitter: @felechewallone

Tadej Pogacar, Mattias Jensen y Mikel Landa conformaron el podio de esta clásica, la Flecha Valona 2023 / twitter: @felechewallone / Sergi López-egea

Sergi López-egea

Habrá que pensar a partir de ahora en dar un premio un poco más especial al ciclista que cruce las metas de las carreras donde participa Tadej Pogacar en segunda posición, porque con el fenómeno esloveno en acción, esa primera plaza ya parece estar siempre más que asignada antes de comenzar la prueba. Da igual el contexto. Que haya adoquines, como sucedió en Flandes, o repechos y hasta muros en plan garaje subterráneo, porque cuando cambia de ritmo, o cuando ve la meta, sea de lejos o de cerca, se lanza hacia la victoria imparable. Este miércoles Pogacar se ha impuesto en la Flecha Valona. Sigan, sigan, que tiene todos los números para ganar este domingo también la Lieja-Bastoña-Lieja y para hacer algo tan grande que ni siquiera logró Eddy Merckx en su época de gloria.

Tadej Pogacar continúa ganando consecutivamente todo lo que corre, hasta el punto de que las clásicas de primavera se han hecho este 2023 a su imagen y semejanza. Nadie le ha hecho sombra, porque es humanamente imposible, porque corre en otra liga, porque es un ser celestial convertido en ciclista. Tour de Flandes, Amstel Gold Race y Flecha Valona ya aparecen en el palmarés del prodigio de Eslovenia. Y este domingo tiene la oportunidad de ganar la Lieja-Bastoña-Lieja. Allí se encontrará con Remco Evenepoel, que defiende la victoriaobtenida el año pasado, pero esta otra maravilla ciclista debe estar por lo menos asustado después de ver lo que está haciendo Pogacar, aunque corra en casa, si en casa se puede denominar para un flamenco disputar como local una carretera valona.

La Flecha Valona como es tradicional, como hizo Alejandro Valverde en las cinco victorias que consiguió, se decide en menos de un kilómetro, empinado como una escalera de caracol. Solo es necesario ir a rueda, dejar que los gregarios hagan el trabajo de esfuerzo y actuar en el momento necesario, cuando Pogacar imprime a menos de 300 metros para la meta una velocidad que nadie puede contrarrestar.

LANDA, TERCERO.

Llega a la meta, corona el muro de Huy (ahí llega siempre la Flecha Valona) y hasta tiene tiempo de levantar los brazos mientras Mattias Jensen (finalmente segundo) y un bravo Mikel Landa (que quedó tercero) se disputan las dos plazas restantes del podio, para poder salir en la foto del recuerdo junto al intratable Tadej Pogacar.

En Flandes y en la Amstel Gold Race el esloveno atacó desde lejos, porque si no lo hacía se arriesgaba a llegar con compañía ingrata a una recta llana donde un esprint podía enturbiar su afán de victoria, como ya le ocurrió el pasado año 2022 en la carrera flamenca. Entonces, ante Mathieu van der Poel. Sin embargo, en la Flecha Valona el esloveno sabía que su capacidad escaladora y las piernas explosivas con las que está dotado lo impulsarían hacia el triunfo, sin necesidad alguna de tener que actuar antes de tiempo.

La táctica a seguir el domingo en Lieja será previsiblemente muy importante. Evenepoel el año pasado atacó en la distancia, y logró así ganar en solitario. El propio Pogacar, en 2021, se jugó la victoria al esprint y anotó también su primera gran clásica. Si lo logra este año, el triunfo será mucho más grande, porque vendrá precedido de una larga lista de gestas anteriores. Y a buena fe que puede conseguirlo.