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Entrevista

Pepe Imaz, entrenador mental de Djokovic: "El saber algo no te cambia; el llevarlo a cabo es lo que te hace mejorar"

'El arte de entrenar tu mente' es el libro con el que el deportista riojano, que dirige la escuela de tenis Amor & Paz en Marbella, ha querido compartir con los demás y consigo mismo sus vivencias y las "perlitas" que ha encontrado a lo largo del viaje interior que inició para superar la bulimia.

Pepe Imaz, en una imagen de archivo

Pepe Imaz, en una imagen de archivo / La Opinión

Nacho Agote

Málaga

¿A quién va dirigido 'El arte de entrenar tu mente'?

A mí. Es un libro que intento, más que leer, accionar cada día. Es algo que llevo haciendo más de tres décadas, evolucionando, y a mí me aporta haberlo compartido. Cuando me lo propusieron, respondí que encantado porque es lo que hago cada día en la escuela con los niños, con las personas que trabajo a nivel emocional y que acompaño. Y claro, cuando lo escribes, cuando lo lees, cuando lo vuelves a hablar, a mí me aporta. Yo no me siento el dueño de ese libro ni el maestro de lo que está escrito ahí; yo sigo siendo un estudiante, porque una cosa es saberlo y otra cosa es hacerlo. El saberlo no te cambia, el hacerlo sí. Es como el carné de coche: tienes el teórico, pero el teórico no es tener el carné de coche, es la oportunidad para luego hacer el práctico. Y cuando tienes el práctico, la acción, entonces ya te lo dan. Pues esto es igual.

¿Le habría gustado leer este libro en aquella época más baja como tenista que tuvo?

Desde la humildad más grande que pueda encontrar en mí: me habría encantado. Cuando estaba en esa situación, leía seis, siete horas al día, no para saber e ilustrarme sino por necesidad; leía libros de psicología y libros de autoayuda. Leía mucho. Y de cada libro había algo que me llevaba, alguna perlita. Entonces, para mí, son las perlitas que durante 30 años he ido encontrando que a mí me han hecho coger aire, expandir mi ser interior. Pero no soy arrogante, no digo: «Éste es EL libro»; aquí no trato de enseñar sino de compartir, las vivencias y lo que me han aportado esas perlitas.

En el ser es donde vas a encontrar la cercanía, el cariño, el amor, la comprensión. Y en el personaje es donde vas a encontrar el ego

En el prólogo del libro, el presidente de la Real Federación Española de Tenis, Miguel Díaz, escribe: «...Sensibilidad, sencillez y cercanía muy humanas, algo de lo que nuestro deporte está muy necesitado». ¿Coincide con él en esto?

Claro que hace falta, hace falta en el tenis, en el fútbol, en todos los deportes. Y hace falta en el sector administrativo, en el trabajo del arquitecto, del hombre de negocios, del jardinero,del fontanero… Nos hace falta acercarnos más, que es lo que intenta el libro: acompañar al lector para acercarnos a nuestro ser. Estamos muy enfocados en el personaje, en aquello a lo que nos dedicamos, en lo que tenemos o no, en lo que nos sale bien o mal... Y todo eso está afuera. Y lo que está dentro es el ser. En el ser es donde vas a encontrar la cercanía, el cariño, el amor, la comprensión. Y en el personaje es donde vas a encontrar normalmente el ego. No digo que el personaje sea algo negativo, para nada. Tienen que ir en armonía el ser con el personaje, con lo que nos dedicamos. En mi opinión es el ser anterior al personaje pero vivimos desde el personaje únicamente y ahí es donde yo creo que está la falla, y ahí es donde entra eso que se refería Miguel, que hace tanta falta. Nos hace falta a todos, y a mí al primero.

¿Podría decirse que su salvación frente a la bulimia fue, además de por esas lecturas que ha realizado sobre psicología, el descubrir que debe amarse a sí mismo?

Eso es lo que fue. Lo otro me daba conocimiento de ir sabiendo por qué me ocurría. Pero la medicina absoluta fue tomar conciencia de que lo que lo que estaba necesitando y pidiendo a gritos era amor, cariño, comprensión, acompañamiento, calor, aceptación. Aceptar que soy un ser humano que necesita amor es lo que literalmente me salvó.

También podemos ser faros para los demás, ¿no?

Fíjese, cuando uno se centran en encender su luz uno ya se siente bien; además, sin darse cuenta, sin pretenderlo, ya está iluminando a quien esté a su lado. Pero cuidado, no te dediques a iluminar a los otros, porque perderás la luz en ti. Céntrate en tener esa luz tú y los otros se darán cuenta de ella y les llegará. Si estás con calor y te das un baño, tú estás refrescado, a gusto. Entonces, sales de la piscina y empiezas a ir a dar abrazos a toda la gente que está acalorada afuera. Si te dedicas a dar ese frescor a todos olvidándote de ti, terminarás igual de acalorado. Báñate, céntrate en ti, y luego si le das un abrazo a uno, pues se lo das porque toca, porque estaba ahí. Es la diferencia entre salir de la piscina, olvidarte de que es ahí donde tú tienes que estar refrescado, e irte a buscar a gente para refrescarle y que te digan “Ay, gracias, eres maravilloso”. Si estás carente de ese amor hacia ti, haces acciones para los demás, para que te digan lo maravilloso que eres. Ahí es donde está el peligro.

Novak [Djokovic] es un ejemplo precioso de cómo ser y personaje pueden ir cogidos de la mano

¿Cómo amar, respetar y aceptar lo que la vida nos traiga si no nos trae lo que queremos?

No somos conscientes de lo que tenemos. Ése es el problema. O sea, tenemos ya todo, pero ¿qué ocurre? Que el personaje quiere todo lo externo y no tiene fin. O sea, ya le puedes dar un partido de tenis, que te va a pedir otro, y luego otro, y luego un torneo, y luego otro torneo mayor. Y ahí es imposible amarse, respetarse y aceptarse. Pero cuando vives desde el ser, uno se da cuenta de que lo que vaya ocurriendo, que vaya ocurriendo. Yo lo voy a aceptar, y lo voy a respetar, y voy a seguir con el regalo que tengo que es mi vida y lo que soy realmente: ese ser. Entonces, ¿cómo poder aceptar cuando las cosas no salen? Pues vete al ser y di: «Pero si yo ya soy todo». Y ahora ¿esto no ha salido? No, lo acepto y lo respeto, pero no he perdido mi verdadera esencia, que es a lo que me aferro y desde donde vivo.

¿Qué ha aprendido junto a Novak Djokovic?

Cómo vivir desde el personaje, es decir, desde el éxito del personaje, y cómo vivir desde el ser teniendo éxito el personaje. Novak es un ejemplo maravilloso, precioso, de práctica, no de teoría, de teniendo un éxito mundial histórico cómo él tiene estar equilibrado con el ser. Y eso es una maravilla. Y el poder estar acompañándolo y observándolo tanto tiempo y conociéndolo tanto como lo conozco, no externamente, sino más allá, profundamente... Es un regalo poder observar eso, cómo el personaje y el ser pueden ir de la mano. Pero para lograr ese equilibrio Novak trabaja diariamente.

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