Carlos: un portero de altos vuelos, trabaja en Alvedro
Botei no Compos todos os anos de Primeira, sumando 7 en total no club. Carlos era uno de los tres porteros de aquella triunfante plantilla y aún sigue dándole patadas al balón en el Sada, en Primera Regional, a sus 48 años. Porque me gusta, así de clara es su explicación.
Eso sí, para ganarse la vida trabaja en el aeropuerto de A Coruña como supervisor de rampa de Iberia. Lleva en Alvedro 14 años.
Al hablar con él echa la vista atrás y hace repaso de una extensa trayectoria que lo llevó por el Lalín, Cerceda, el Santa Comba o el Imperator, entre otros. Pero volvamos más atrás. El guardameta se fue al Recreativo de Huelva tras su marcha del Compostela, a jugar en Segunda. Volvió a Galicia, a su tierra lucense, para disputar unas cuantas temporadas con el Lugo en 2ªB hasta que su vida se volvió a teñir de blanquiazul en un regreso a Santiago cuando el club de la ciudad estaba compitiendo en la categoría de bronce.
Carlos tiene dos hijos. Un chico de 18 años que juega al fútbol en As Pontes, y una joven de 16 que se decantó por el balonmano en Culleredo.
Hoy en día coincide en ocasiones con excompañeros como Docobo (colega de portería) o Bodelón. También asegura hablar bastante con Fabiano y no hace mucho tuvo oportunidad de reencontrarse con Skocic, ya que el croata llegó a al capital gallega haciendo el Camino y no dudó en ponerse en contacto con él.
En su cabeza tiene archivado el ascenso bajo el título del momento deportivo máis emotivo da miña carreira, ahí es nada. Y es que, explica, fueron momentos moi bonitos para nós e para toda a cidade de Santiago.
Y es que se ve que por mucho recorrido que uno tenga, un acontecimiento de ese calibre, vivido de aquella manera hace 25 años, te deja marcado.