A falta de pívots, ración extra de alquimia para plantar cara al campeón

El Monbus Obradoiro afronta este mediodía (12.30 horas) su encuentro más complicado en mucho tiempo. Ya por sí misma una visita al Baskonia en el Fernando Buesa Arena obligaría a recordar la entidad del rival, la calidad de su plantilla, la exigencia defensiva marcada por Dusko Ivanovic o la maldición de los precedentes, pero esta vez la misión requiere más alquimia que nunca. El cuadro santiagués dispone de dos pívots sanos y deberá recomponerse en tiempo récord.

Es cierto que Steven Enoch no está descartado, pero sí duda hasta última hora. Sufrió una leve torcedura de tobillo en el entreno del miércoles, cuando Laurynas Birutis cayó sobre su pie. El poste lituano sí será baja, al confirmarse un esguince que lo dejará KO entre diez y quince días. Los 16,4 puntos, 6,9 rebotes y 1,3 tapones (23,2 de valoración) que aporta por partido se echarán en falta, como la presencia de un Mike Daum aún lesionado. A la espera de saber cuánto puede contribuir Enoch, Jake Cohen y Álex Suárez sostendrán la pintura con la vital ayuda de los exteriores.

El plantel viajó ayer a Vitoria, vía Madrid, con doce jugadores, incluidos un Kartal Özmizrak que aún no está recuperado y tampoco ha sido inscrito y el canterano Martín Fernández. Con este panorama, dos semanas después de su último encuentro y con cinco victorias en nueve partidos, el Obra se mide con el campeón de la Liga Endesa, un Baskonia candidato a todo con una marcha más fiable en la competición nacional (cuarto clasificado con siete victorias en diez jornadas) que en la Euroliga (decimocuarto con balance de 2-4).

REINVENCIÓN. Moncho Fernández se ganó el sobrenombre de El Alquimista al rozar el ascenso a la ACB cuando dirigía al Villa Los Barrios, aunque él aduce que no transforma el plomo en oro porque ya cuenta con buena materia prima. Sí sabe algo este cuerpo técnico sobre exprimir sus recursos, potenciar las virtudes de la plantilla y esconder sus defectos, y mucho de eso precisará este mediodía para plantar batalla.

“Si solo vamos con Jake y con Álex por dentro pues lógicamente habrá jugadores que van a tener que desempeñar posiciones, sobre todo en el aspecto defensivo, que normalmente no desempeñan”, reconoció Moncho en su rueda de prensa previa. “La fortuna es que tengo un equipo muy inteligente y muy comprometido, estoy convencido de que van a ser quién de adaptarse a estas circunstancias y ayudarnos a hacer los ajustes pertinentes. Intentaremos buscar nuestras ventajas”, advirtió.

Su homólogo baskonista, Dusko Ivanovic, contará con todas sus armas en perfecto estado, un arsenal temible. “Estamos viendo un Polonara espectacular; un Giedraitis que es muy importante, como Jekiri; los dos bases permanecen (Pierria Henry y Luca Vildoza) y aportan un ritmo enorme al equipo; y luego la gente que sale del banquillo da lo que Ivanovic busca: intensidad, fortaleza, lucha”, enumeró Moncho.

El santiagués argumenta que el cuadro vitoriano ataca por todos los frentes: en transición o en estático, en pick and roll o en los bloqueos indirectos, en los posteos de sus pívots o de sus aleros... Así, alaba su polivalencia al tiempo que destaca el talento de un plantel que no es todo físico, recordando el duelo del jueves ante el CSKA de Moscú (89-86) que estuvo a punto de voltear. “Parecía que lo tenían perdido y a falta de un minuto lo empatan a base de bravura, de trabajo defensivo, de seguir peleando... y por supuesto de acierto porque a veces nos olvidamos de la calidad de estos jugadores”.

El panorama no invita al optimismo en el Obra, pero con una dosis extra de alquimia todo es posible.