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{ EL DÍA DESPUÉS }

A ritmo de 100

EL OBRA COMENZÓ el partido a un ritmo defensivo cuya proyección le permitiría al Bilbao Basket anotar sobre los 100 puntos, al meterle al Obra 27 en el primer cuarto, que siguió con la misma dinámica en el segundo, recibiendo otros 27. Me imagino que tras el paso por vestuarios y por vergüenza torera, se pusieron un poco, muy poco, las pilas y por lo menos en el 1x1 no fue tan grande la sangría, pero como dijo Moncho en su muy honesta rueda de prensa, en la segunda parte la defensa falló en lo táctico y en lo colectivo.

Se preguntarán ustedes cómo fue posible que se llegase con opciones al final del partido. La respuesta es muy sencilla: en ataque el Obradoiro estuvo muy acertado en el aspecto ofensivo, 25 puntos de Robertson, también anotaron los bases y Scrubb estuvo espléndido en todos los aspectos del juego, muy bien en ataque, y el mejor, o el único, en tareas defensivas. EXCELSO en el rebote ofensivo, estadística en la que también dominó el Obra, tanto el defensivo como el ofensivo, lo que le proporcionó muchas segundas opciones. Consiguió anotar 91 puntos a pesar de la sequía ofensiva con la que jugó en el momento decisivo del partido, ahí el aro se le cerró, no sé si fue por cansancio o por otras circunstancias, pero lo que sí estuvo claro es que fue más por deméritos propios que por méritos de los de Mumbrú. La jugada del final de Hobbs prefiero no comentarla.

Otro aspecto a considerar fue la mala o malísima tarde de Birutis, superado desde el primer momento por Withey y quizás asustado por los dos primeros taponazos que le colocó, no fue capaz de imponerse en la pintura como acostumbra. Okouo no pudo aportar el mínimo necesario en los 11’ que jugó y Ellenson, otra vez inconsistente, apareció al final. A Suárez no se le puede pedir más en su reaparición.

Salvo en el rebote, y eso gracias a los 7 que capturó Scrubb entrando desde fuera, el dominio de las zonas fue de Withey, Inglis y Delgado. El dúo Hakanson y Rafa Luz se impuso por completo a los bases del Obra y fue otro de los factores que decantó el duelo. La reflexión es que si eres capaz de meter 91 puntos en casa y pones un mínimo de agresividad y tensión en defensa, puedes perder contra un equipo de los de arriba, de los que tienen un gran potencial ofensivo. Y el Bilbao ni es de los de arriba y es la primera vez que consigue ganar fuera de casa en la temporada. Para colmo no gana uno sino dos partidos ya que en el hipotético caso de empate al final, nos ganan también por el basket average. Perder en Sar no es la mejor noticia, hacerlo con un rival directo es la peor.

La competición sigue y toca visitar al Manresa que está jugando a lo grande, tuteándose con los mejores y practicando un gran baloncesto. Dentro de la zona son muy físicos, y aunque esto es deporte, y en la alta competición las cosas pueden cambiar en 24 horas, a ver si en las que faltan para el miércoles se consigue dar una sorpresa en el Nou Congost. La próxima cita en Sar será el derbi ante el Breogán. En un derbi, y tal y como está la situación en la tabla para el Obra, no se puede fallar. Más optimismo, imposible.

18 ene 2022 / 01:00
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