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|| La otra jugada ||

A vueltas con el modelo de fútbol

TUVO QUE llegar el PSG al Camp Nou, con el recuerdo aún reciente de la debacle de Lisboa ante el Bayern, para que muchos de los que hasta hace poco defendían que aparte del físico, hay otra forma de jugar al fútbol y ganar, se abriese el debate sobre lo anquilosado que se ha quedado el fútbol español respecto al que se juega en otras latitudes del Viejo Continente olvidándonos de que en lo que llevamos de Siglo XXI, somos los que tanto a nivel de clubes como de selección hemos marcado tendencia.

Ahí están los trofeos internacionales conquistados por Real Madrid, Barcelona, Sevilla y Atlético, además del Mundial y las dos Eurocopas levantadas por La Roja.

Cierto que ahora mismo el fútbol que impera es el que mezcla lo físico con la rapidez, sin olvidar lo técnico, pero primando siempre el apartado físico. Y, sin embargo, hasta no hace tanto un equipo como el FC Barcelona, plagado de bajitos con poco físico, practicó, probablemente, el mejor fútbol que se ha visto en los últimos cuarenta años, imponiendo lo técnico a cualquier otro apartado.

De hecho, en la final disputada en Wembley ante el Manchester United, un equipo conformado por auténticos atletas, el Barça de Guardiola jugó, seguramente, el mejor partido de sus cuatro años al frente de los azulgrana, al punto que aún hoy en día hay jugadores del equipo inglés que siguen hablando maravillas de aquel rival y de que nada pudieron hacer ante la forma de desenvolverse de los Xavi, Iniesta, Messi, Villa y compañía. Como se ve, todos hombres que no llegaban al 1,70 pero que jugaban como los ángeles.

Decir, como se escucha estos días, que ese fútbol ya no es de este tiempo, resulta, cuando menos, contradictorio si nos atenemos a los hechos. Y estos no son otros que en la Premier League manda, ahora mismo, con una autoridad incuestionable, el Mancheser City, entrenado por un tal Guardiola, que no se distingue precisamente por jugar con tiarrones. Es más, sus delanteros más destacados, que se las tienen que ver con auténticos armarios, son Sterling (1,70), Aguero (1,73), Bernardo Silva (1,73), Foden (1,71), Mahreh (1,79) y Gabriel Jesús (1,75). Pues bien, con hombres así vuelven locos a sus rivales y se cansan de crear ocasiones de gol.

Un e-qui-po. Lo que los distingue, por ejemplo, del actual equipo del Barcelona, es que precisamente el City juego como lo que es, un equipo de fútbol en el que van todos a una y en eso recuerdan al mejor Barça, pues nada más perder el balón van a la presión como locos, achicando espacios y cortando las líneas de pase ya en campo contrario, lo que les permite recuperar el esférico sin realizar un gran esfuerzo físico, algo para lo que no están dotados.

Y luego, se asocian perfectamente para llegar al área rival en combinaciones cortas, triangulando y tratando de encontrar un resquicio ante las cerradas defensas que le plantean, moviendo el balón con rapidez de lado a lado.

Es por eso que a los que nos gusta el fútbol asociativo, distamos mucho de pensar que ahora mismo los equipos españoles han dejado de ser un referente mundial por el fútbol que practican. Si lo han dejado de ser no es por este motivo sino porque han ido perdiendo a sus mejores jugadores y no han sabido encontrar el recambio adecuado.

Un ejemplo es el Real Madrid que sigue siendo el equipo que no da un partido por perdido pero que necesita crear infinidad de ocasiones para conseguir hacer gol, cuando en la época de Cristiano Ronaldo este asunto lo tenían solucionado con crear solo media ocasión por encuentro. Y del Barcelona actual, su mayor problema es que su centro del campo ya no cuenta con los jugones con los que contaba en el pasado reciente.

Y sería un error el pensar que porque llevamos un par de años sin ganar nada, ya se debe cuestionar el modelo de fútbol que practican Barcelona o Real Madrid para pasar a copiar el que ahora mismo manda en Europa pero que está por ver si se consolida. Porque si hace un par de temporadas el Liverpool llamó la atención, hoy en día los de Kloop dejan mucho que desear. Y habrá que ver si el Bayern Munich, actual campeón de Europa, consigue repetir título pues este año en la Bundesliga no está mandando como en temporadas anteriores y sus mejores hombres ya están entrados en años.

Cuestión de rachas. Los que ya tenemos cierta edad, sabemos que, como les pasa a los goleadores, esto va por rachas y si ahora la moda es fichar a jugadores con un gran físico para que no paren de correr los 90 minutos, llegará un momento en que volvamos a lo que siempre ha distinguido al fútbol español que no es otra cosa que el toque y rapidez por encima de cualquier otra consideración aunque, sin olvidar, una buena preparación física, pero sin volvernos locos porque de haber sido así, nos hubiesemos perdido a jugadores como Raúl, Xavi, Iniesta, Butragueño, Juanito, Villa, Silva y tantos otros que apenas rondaban el 1,70 pero que veían el fútbol como pocos.

|| La cara y...

RECONOCIMIENTO El que fuera uno de los mejores defensas del mundo, el italiano Paolo Maldini también ha demostrado ser un gran deportista al reconocer públicamente, en un arranque de humildad y sinceridad, que a pesar de los muchos títulos que ganó tanto con su equipo de toda la vida el Milan, como con la selección italiana, se considera “el mayor perdedor de la historia del fútbol”. Para demostrar que sus palabras son ciertas, apunta que “he ganado muchísimas cosas, pero he perdido tres finales de Champions, una final de la Supercopa de Europa, tres finales de la Intercontinental, una final del Mundial, una final de la Eurocopa... Al final entendí que todo esto era parte del juego y lo tienes que aceptar”.

... La cruz ||

EGO A TOPE Cuestionar la categoría de José Mourinho como entrenador, después de haberlo ganado todo, sería de cretinos, pero ello no quita para que el técnico luso, con muchos años ya en el oficio, siga sin asumir sus defectos y, sobre todo, siga con su ego a tope a pesar de que su equipo, el Tottenham, está realizando una discreta Premier League donde llegó a ir líder pero ahora mismo, tras la derrota a manos del West Ham, marcha lejos de los puestos de Champions, algo a lo que aspiraba a principio de temporada. Así, el portugués no se ha cortado a la hora de manifestar que “los métodos míos y de mi cuerpo técnico no tienen nada que ver con nadie en el mundo”. Y tanto, porque esos métodos no le están dando resultado.

|| Lo que debería ser y no es ||

VUELVE A CASA Estaba escrito que Pau Gasol acabaría sus días en el equipo en el que se dió a conocer y que le catapultó a la NBA. A sus 40 años -cumplirá 41 el próximo 6 de julio- regresa al Barcelona veinte años después de haber dado el salto al baloncesto americano. En 2001, un jovencísimo Pau decidió apuntarse al draft en contra del parecer del por aquel entonces su técnico Aito García Reneses, que lo veía aún inmaduro para hacer frente a semejante reto. Sin embargo, dando muestra de su personalidad no se lo pensó y comenzó su andadura de casi 20 temporadas en una competición en la que lo ha ganado casi todo, especialmente tras su aterrizaje en Los Lakers donde compartió vestuario y protagonismo con el tristemente desaparecido Kobe Bryant.

Sus dos anillos lo atestiguan pero, sobre todo, su saber estar en una competición exigente que le ha llevado al límite, con alguna lesión de importancia, especialmente la que le ha impedido jugar desde marzo de 2019, cuando formaba parte de los Trail Blazers.

Desde aquel mismo momento, el mayor de los Gasol se impuso el reto de recuperarse para cerrar su ciclo como jugador de la selección en Tokio en el que sería su quinta participación en unos Juegos Olímpicos. Algo complicado debido a la gravedad de la dolencia que tenía pero al que, curiosamente, la pandemia vino a echar una mano aplazando la cita por lo que, si todo marcha según lo previsto, podría ponerse en forma para la llamada de Scariolo.

Por eso, era esperado su fichaje por el Barcelona, donde cobrará por estos cuatro meses la parte proporcional del salario mínimo -unos 30.000 euros-, algo insignificante para un hombre que durante su estancia en la NBA ha ingresado más de 200 millones de dólares.

Lo que está por ver es si su recuperación va por buen camino y si su contribución al Barça, que ahora está en un gran momento de forma, le va a permitir alzarse con el único entorchado que le falta, la Euroliga. Cuenta para ello con la ayuda de su técnico, Jasikevicius, al que le une una gran amistad.

28 feb 2021 / 01:01
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