Adiós a un duro curso y a una época gloriosa para el Santiago Futsal

El partido en sí es lo de menos; incluso hay que preguntarse por qué han tardado tanto en programarlo. Hoy en Santa Isabel, a partir de las siete de la tarde, se enfrentarán el Jerubex Santiago Futsal y el Alzira, en la última jornada del grupo por la permanencia: un equipo ya descendido recibe al líder, ya salvado. Tres puntos sin trascendencia para la clasificación, más allá de que el Alzira pueda acabar como simbólico campeón de grupo.

Pero el partido se juega, aunque a distinta hora, sí el mismo día que el resto de la jornada en la que el Móstoles, el Leganés y el Elche lucharán por evitar la última plaza de descenso a Segunda B. Una ya la tiene adjudicada el Jerubex Santiago Futsal, que jugó su anterior partido... el 1 día de mayo, en Elche. Esperar tres semanas ya descendido, para jugar un partido que nada va a decidir para quienes lo juegan parece una tortura.

No lo es, son sólo decisiones poco meditadas, nada serias. En todo caso, se vuelve a la primera línea de este texto: el partido es lo de menos. El acto que esta tarde se va a celebrar en Santa Isabel tendrá todo de homenaje, de despedidas: siempre las hay en el último partido de las temporadas, pero en esta ocasión hay un añadido: Santa Isabel dirá adiós a la época más gloriosa de su equipo.

Con el descenso del Santiago Futsal, antes Lobelle, a la Segunda División B, categoría que lleva colgado el cartel de aficionada, se puso fin a 18 años del club en Primera (15) y Segunda División (3), las consideradas profesionales en el fútbol sala nacional.

Por eso la de hoy será una tarde cargada de recuerdos, de emociones. Más allá de que para gente importante para el club en esta etapa, como el director general, Miguel Fernández, o el entrenador, David Rial, sea el partido de la despedida... más de una lágrima se escapará al decir adiós a tantos años de gloria deportiva. Inesperados, quizá poco valorados en Santiago: quince años en la elite.

Quizá hoy, entre las 250 personas que se prevé acudan a Santa Isabel (aforo restringido, aunque ya no queda mucho más) habrá personas que llorarán de tristeza recordando días lejanos en los que lloraron de alegría: los de los ascensos del Lobelle; los de las victorias en la Copa del Rey o la Recopa; los días felices en los que un equipo de Santiago miaraba a la cara al Inter, al Barça, a ElPozo...

Esa época murió, viva esa época. En Santa Isabel no estarán esta tarde todos los que se subieron a ese bonito barco, ley de vida. Estarán los recuerdos, el durísimo curso, marcado por la COVID que ha tenido que recorrer el equipo, un club con dificultades económicas (un aplauso a gente como Ramón García). De fondo, eso sí, un partido contra el Alzira: el último de la mejor etapa.