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RODRIGO GERMADE Piragüista

“Ahora mismo la meta es recuperar el tacto, las sensaciones y la forma”

{Cangas 1990} De regreso a los entrenamientos el objetivo del selectivo deja paso ahora al intento de volver a encontrarse en el agua // En cuanto todo vuelva a la normalidad aboga por cambiar unos criterios de selección que considera demasiado enrevesados // En juego está un puesto en el K4, uno de los favoritos en Tokio

La semana pasada volvía al agua después de los días de confinamiento. ¿Cómo han sido las sensaciones en el regreso?

Las sensaciones son un poco malas, porque en casa aunque podíamos hacer algo con el ergómetro, se pierde mucho tacto y mucha sensación. Vale para trabajar la parte física pero no tiene nada que ver. Hay que volver a encontrar las sensaciones y el tacto, y poco a poco volver a entrar.

¿Qué es lo que más ha perdido durante el tiempo que no ha podido salir de casa para entrenarse: la fuerza, la forma física o el tacto?

Para mí lo más grave en este tiempo ha sido la fuerza y el músculo. He perdido bastante masa muscular porque no hemos podido utilizar el gimnasio, porque a no ser que tengas un gimnasio en casa, que no es el caso, por ese lado sí hemos perdido bastante. De momento tampoco lo podemos usar, ni tampoco las instalaciones. Nos abren lo justo para entrar a coger la piragua y bajar al agua. De hecho, la piragua no la tenemos ni siquiera guardada en el hangar, la tenemos fuera en un carro. En la instalación no nos podemos entrenar en el gimnasio, ni entrar a vestuarios, hangar... nada.

Estos días vemos deportistas que tienen que usar guantes y mascarillas para entrenarse. ¿Ustedes están teniendo que seguir algún protocolo sanitario?

En el agua no. En el agua vamos muy separados, en un pantano y con el propio paleo ya estás mínimo a dos metros, por muy juntos que vayamos. En ese sentido no tenemos problema.

¿Han tenido que someterse a algún test para detectar posibles casos de coronavirus antes de volver al agua?

Sí, está gestionado por la Federación con un laboratorio en Asturias para ir a hacernos el test. Yo fui el viernes a hacerlo.

Ahora mismo la posibilidad de montar un K4 es completamente imposible, no queda otra que hacer entrenamientos individuales.

Exacto, de momento es todo K1, todo a nivel individual.

Tras este primer contacto con el agua y con todas las competiciones canceladas al menos hasta julio, ¿cuál es ahora la meta de los entrenamientos?

Ahora mismo la meta es recuperar el tacto, las sensaciones y la forma, dentro de lo que se puede hacer. A partir de ahí, poco más. Las competiciones están suspendidas mínimo hasta julio, y yo no veo claro que este año se vaya a hacer alguna competición. Una competición a nivel nacional en piragüismo puede juntar como mínimo a doscientas o trescientas personas. Eso es peligroso, y juntar gente de toda España no sé si será posible. Está todo en el aire.

Si la pandemia del coronavirus no nos hubiera atacado, justo estos días podría haber certificado su presencia en los Juegos de Tokio a bordo del K4 500. Tras el covid-19, ¿les ha comunicado la Real Federación Española de Piragüismo en qué fecha se plantea reubicar el selectivo?

La verdad es que no tenemos ni idea. Hay bastante incertidumbre sobre eso. Fue pasar esto y se vino todo abajo. Ahora mismo no sabemos nada de nada. No sabemos ni si vamos a hacer alguna competición. Nos ha llegado un cuestionario de la Federación Internacional para exponer cómo veíamos la situación, las condiciones de cada uno... Esto está afectando a todo el mundo, pero como no se da en todos los territorios a la vez ni con el mismo impacto, quién sabe quién está preparado ya, quién no, de cuánto tiempo se dispone, si va a haber una segunda oleada... Está todo tan en el aire que yo creo que no se va a hacer nada este año.

¿Qué le parece, precisamente, ese selectivo para definir los cuatro palistas que integrarán el K4 español en Tokio?

El selectivo de K4 me parece una chapuza. Está muy mal planteado, más que nada porque es un proyecto que empezó en 2017 con veinte palistas y se fue criando, se hicieron muchísimas pruebas selectivas, muchísimos procesos de selección. En 2018 se hizo, bajo mi punto de vista, uno de los selectivos más minuciosos, justos y objetivos que he visto desde que estoy en este deportivo, porque ha sido todo medido con anemómetros para el viento, pulsómetro en cada palista, recogiendo todos los datos como direcciones e intensidades de viento. De ahí se sacó una combinación potente y todo el gasto que se invirtió ahí me parece una tontería tirarlo a la basura ahora. Me parece que eso no está bien. Hay unas bases que se han asentado durante estos años en cuanto a criterios y creo que lo más lógico y lo más normal es seguir esas bases de estos años, no le veo sentido alguno a cambiarlo todo ahora.

¿Apostaría por que se aproveche este parón y el aplazamiento de los Juegos Olímpicos al próximo año para definir nuevamente los criterios de selección y diseñar un nuevo selectivo para decidir los componentes de ese K4?

A mí me gustaría que se replantease todo eso porque creo que se han comido demasiado la cabeza. Está todo demasiado enrevesado y complicado, y en base a muchísimas casuísticas. Esto no es tan complicado como se hace en esos criterios. Hay bases de años anteriores que valen perfectamente para definir un barco.

De cara a conseguir plaza en los Juegos su lucha principal pasa por lograr un puesto en el K4. Sin embargo, tampoco renunciaría a intentar formar un K2 con el campeón olímpico Marcus Cooper.

Era algo que estaba en mente, pero obviamente no es el objetivo principal. Es verdad que Marcus y yo hacemos muy buen K2, sobre todo en 500 metros, eso seguro. Lo que pasa es que en 1.000 metros habría que prepararlo y entrenarlo. Con todos estos problemas que hay con el K4 nos deja poquísimo tiempo para poder preparar esa embarcación, además de que hay un K2 en España muy potente, como es el de Paco (Cubelos) e Íñigo (Peña).

Usted ya estuvo en Río, compitiendo únicamente en el K4 1000, pero ¿qué lo ha llevado a proponerse doblar en Tokio?

Sería competir por la ilusión que te hace, porque los Juegos son cada cuatro años y hay mucho tiempo invertido ahí. Es una oportunidad si se ve la posibilidad de hacer algo interesante; si no, salir por salir, es una chorrada. Estábamos viendo si podíamos prepararlo medianamente un poco y ver hasta qué punto podríamos llegar, si podría ser viable o no, pero de momento no hemos podido contrastar nada, porque entre la pandemia y los selectivos se ha complicado todo. No sé si al final se podrá hacer eso o no.

PROCESO DE CLASIFICACIÓN

BARCO Rodrigo Germade, junto a Saúl Craviotto, Carlos Arévalo y Marcus Copper logró una plaza olímpica para el K4 500 con su medalla de plata en el Mundial del año pasado.

SELECTIVO El selectivo nacional para decidir qué cuatro palistas integrarán el K4 en Tokio ha sido aplazado ‘sine die’ por el covid-19. Ese selectivo planteaba controles individuales en K1 200 y K1 400, cuyos resultados se tendrían en cuenta para componer la embarcación que competiría en la Copa del Mundo de Racice, donde lograría la titularidad para los Juegos ganando una medalla. De no subirse al podio, el K4 seguiría sin componerse y se valoraría la posibilidad de un nuevo selectivo a dos meses de los Juegos.

RÍO Germade obtuvo un diploma con el K4 1000 en Río 2016.

10 may 2020 / 21:38
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