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{ REFLEXIONES }

Ahora toca renovarse o morir

El tipo de jugador está cambiando, se forman jugadores para tener balón y se mudan las características de los componentes de un equipo. El fútbol es de naturaleza intermitente, demanda períodos de actividad donde varían en intensidad, duración y recuperación, con juego corto y largo. La relación de los modelos empleados y las variables del éxito constituyen un área de gran interés y de mucho análisis. Ahora toca la evolución y renovarse o morir.

Los términos que antaño se conocían eran: portero para parar, defensa para defender, medios para elaborar y delanteros para rematar y marcar. Ahora eso se desterró, se quiere el jugador total y desaparece el especialista.

Hoy no hay rematadores y desaparecen los Santillana, no quedan Figos que desborden, faltan regateadores y el uno contra uno, los pasadores en largo se acabaron con Schuster y los centradores parecen del pasado. Es bonito, pero escaso, ver robo de balón en el campo propio, luego, pase largo para correr la banda, centro y remate de cabeza en carrera. Puro uso de técnica y táctica con amplitud y profundidad. Emoción de verdad y esencia futbolística llena de plasticidad que enamora.

Los entrenamientos en espacios pequeños, la política de la posesión, la nueva cultura futbolística, los sistemas y modelos, el miedo a perder el balón y el juego corto, están siendo las claves de esta crisis, de esta falta combinación del juego corto-largo, del centro y remate de cabeza. Estamos haciendo deportistas que no quieren arriesgar y desde los banquillos se transmiten los miedos y bloquean iniciativas que conllevan a generar deportistas atrevidos y osados. Tomar decisiones, comprender que podemos aprender de esa situación, es tan humano como inevitable. El fallo consiste en una mala ejecución de una decisión que por sí misma puede ser correcta, no cumplir el cometido, no funcionar como era de esperar. Equivocarse, proceso mental, es tomar por bueno algo que no lo es, no acertar, inoportuno. Fallar no es equivocarse

El fútbol cambia cada poco, diría que cada década. Llevamos días viendo a Maradona, los marcajes, los arbitrajes, los campos, la vestimenta, la actitud y las acciones técnico tácticas son diferentes. Los extremos juegan a pierna cambiada, miran y tiran más al campo propio que al adversario, regatean para atrás, es la moda y no la sensatez ni la eficacia que los colocan así. No hay jugadores que pisen la cal, que superen, ni arietes del área. Hoy es difícil ver regateadores hasta en Brasil. Estamos en la comodidad por dentro y con mucha frustración porque, por ahí, da poco resultado. Hay que aprovechar los espacios, arriesgar, eliminar el conservadurismo. Estamos perdiendo el pase largo, el centro, el regate y el remate.

El regate y la pared están para superar adversarios, el pase largo para superar líneas, eliminar obstáculos, dificultar la organización rival y llegar antes, el centro para colocar el balón al compañero y el remate para finalizarla tarea.

Cada parcelación del campo necesita de juego diferente. La propia construcción del juego y la funcionalidad de los equipos dan sentido a todas estas acciones técnicas. Debemos retomarlo y encajar lo tradicional con la evolución.

13 ene 2021 / 01:00
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