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AQUELLOS MARAVILLOSOS AROS (147). Escolta del Barcelona que gana la Euroliga de 2010, fue uno de los extranjeros con más días de blaugrana // Plata en los Juegos de 2004, clavaba triples y defendía

“Basile, uno di noi”, para los blaugranas

En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Argentina priva a Italia del oro pero besan plata tras ganar en semifinales a Lituania con 31 puntos de Gianluca Basile, MVP de la liga de su país a base de descaro y triples que cual dagas matan la intriga de partidos igualados. Sin ser un anotador a tiempo completo, luce virtudes defensivas como pocos.

Elegido Mejor Jugador en la final de la liga italiana de 2004-2005 al frente del Fortitudo Bologna... Basile decide hacer las maletas. Tiene 30 años. Su fama como base/escolta desata una lluvia de ofertas que, al cesar, abre etapa al sol de Barcelona.

No llega un don nadie.

En el club blaugrana le espera Dusko Ivanovic en busca de títulos, subrayando en rojo el sueño de otra Euroliga pero apenas descorchan el cava: la Copa del Rey y poco más. Así que, en febrero de 2008 cesan al entrenador montenegrino. Fichan a Xavi Pascual. Al minuto, la vida de Basile y del club cambia a mejor.

De cara al curso 2008-2009, sale Pepe Sánchez y llega un Ricky Rubio de 20 años. Gianluca juega menos, acierta más (40,2 % de eficacia en triples) y ayuda a lograr la Liga en una temporada cuyo viaje europeo naufraga al chocar contra el CSKA Moscú, donde brilla Erazem Lorbek, ese 4-5 esloveno tan amigo del reguetón como de mostrar sus emociones (a diferencia de Gianluca y de Pete Mickeal). En su ruta por Europa, solo pierden dos partidos y aunque no cazan la ACB (sí la Copa)... arrasan en la Final Four.

“He cumplido mi sueño tras 11 años”, dice Basile en París.

En ese Barça, él tiene rol suplente pero importante, como cada pieza del ajedrez de un Pascual que se convierte en el coach más joven en abrazar la Euroliga (37 abriles). En ese temporada, Gianluca firma su récord anotador de ACB (26 p.) y su mejor racha triplista (8 al Alicante). Se suceden los títulos, ligas, copas...

No todo es gloria. Al inicio del curso 2010-2011, descubre que el Destino le regala un billete imprevisto del cielo al infierno. Una lesión en el pie izquierdo le lleva al dique seco. Regresa meses después: fuego fugaz, la lesión revive.

Muy querido por la afición culé, que aprecia su arrojo defensivo y bravura ante el miedo, Basile deja el club poco después, tras vestir 327 veces su camiseta, siendo uno de los jugadores extranjeros con más partidos. Acuario del 24 de enero de 1975, de Ruvo di Puglia (Bari), regresa a Italia (Cantú, Milan, Sicilia) y se retira a los 42 años siendo alguien grande aquí y allí.

Su huella en el Barça es profunda. Va del Palau hasta Australia.

Sumaba en cada segundo, fuera en un robo, una mano que molesta, una ayuda, dos, un grito, dos... o en sus triples con suspensión de esfuerzo: brinco duro de gemelos, pelo ensortijado y la determinación tatuando la mirada. Il Baso.

barcelona Xavi Martinez Olivar, compañero periodista que trabajó en el diario deportivo Sport de 1979 a 2020, resume aquí su visión de Basile: “Gianluca Basile, Il Baso, llegó en 2005 al Barça junto a su compatriota Denis Marconato. No fue fácil crecer en aquel equipo dirigido por Ivanovic, que vivió tiempos convulsos... pero por encima de connotaciones globales, se ganó desde el minuto uno el cariño y el respeto de los aficionados. Persona discreta pero de fácil sonrisa, en la pista encarnaba aquello que tanto se valora en un jugador: no regatear el esfuerzo en defensa y ser capaz de ejercer de revulsivo con sus triples imposibles en ataque. Modelo de integración en la nueva sociedad en que vivía, el Palau le adoptó de inmediato y le convirtió en uno de sus faros y sus triples ignorantes encendieron muchas veces las gradas del coliseo azulgrana. Hombre de equipo, capaz de contribuir a hacer vestuario -algo tan fácil de decir y tan difícil de hacer- adquirió el respeto interno de todos y el cariño de unos aficionados para los que nunca tuvo un no. Tras la llegada de Xavi Pascual al banquillo, que junto a Joan Creus en los despachos conformaron un equipo de ensueño, su palmarés se engrosó: sumando dos Ligas ACB, dos Copas del Rey más, dos Supercopas y la Euroliga de París en 2010. Si preguntas hoy en día por Basile a muchos aficionados del Barça le definirían con una expresión italiana: uno di noi (uno de los nuestros). Ni más ni menos”.

22 nov 2021 / 01:00
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