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HITO. Es el primer futbolista masculino que lo consigue y se une así a otra figura ilustre del mismo deporte aún en activo, la también santiaguesa Vero Boquete. TEXTO Manuel García Solano

Borja Iglesias ingresa en el muy selecto club de los Gallegos del Año

El compostelano Borja Iglesias, uno de los estandartes del Real Betis Balompié, club que recientemente obtuvo su tercera Copa del Rey, ha pasado a engrosar un selecto club, el de los Gallegos del Año, creado por EL CORREO GALLEGO para reconocer la contribución de personas y colectivos a la sociedad. Es el primer futbolista masculino que lo consigue y se une así a otra figura ilustre del mismo deporte aún en activo, la también santiaguesa Vero Boquete, que fue galardonada con esa distinción en 2012 como reconocimiento, entre otros logros, a las dos Copas de la Reina conquistadas con el Real Club Deportivo Espanyol.

Pese a que Santiago de Compostela ha sido cuna de grandes futbolistas, son casos contados los que han conseguido ganar un título, lo que pone de manifiesto la complejidad que tiene alcanzar ese hito deportivo. Lo hizo Veloso, forjado en el Santiago FC, y que, tras curtirse en el Turista, filial del Celta, brilló en el Deportivo, con el que alcanzó la internacionalidad con España, antes de dar el salto al Real Madrid.

Allí, donde coincidió con otros dos talentos surgidos de la cantera del club herculino, Amancio y Jaime Blanco, conquistó la sexta Copa de Europa del equipo blanco, formando parte del célebre Madrid yeyé de los Zoco, Pirri, Velázquez o Grosso. Además, conquistó tres títulos de Liga en las cuatro campañas en las que perteneció a la entidad que presidía Santiago Bernabéu.

Hubo que esperar a la década de los 80 para ver a otro futbolista santiagués festejar un título. Tomás fue uno de los jugadores que, procedente de la SD Compostela, recaló en el Atlético de Madrid en una época en la que el trasiego de promesas de la comarca santiaguesa hacia el club colchonero era habitual, en buena medida por la mediación que realizaba Paco Vilas, estandarte de la Peña Atlética, que tenía la sede en su restaurante, Casa Vilas.

El lateral compostelano, que también fue internacional con España, llegó a disputar casi 500 partidos con la camiseta del primer equipo rojiblanco después de pertenecer durante tres lustros al Atleti, al que llegó acompañado por otro valor de la fértil cantera santiaguesa, Fontán. Tomás abandonó el Atlético de Madrid por la puerta grande.

Lo hizo tras ganar el doblete, Liga y Copa del Rey, bajo la tutela de Radomir Antic. Antes había festejado una Supercopa y otros tres títulos del torneo del KO. Desde aquella Copa del Rey de 1996 hasta la conquistada por Borja Iglesias, ningún otro jugador compostelano había podido levantar ese trofeo.

Entre medias, ganó varios títulos, pero ninguna Copa del Rey, Rubén, que tuvo un paso discreto por el Real Madrid, al que llegó saliendo por la puerta de atrás del Compostela, en el que había recalado procedente del Conxo. Compartió vestuario con aquellos galácticos de un Madrid que no encontró la fórmula del éxito con la apuesta por Zidanes, las estrellas internacionales, y Pavones, los jóvenes de la casa, entre los que estaba Rubén. Durante su estancia en el club blanco no llegó a hacerse con un sitio en el primer equipo, con el que tuvo una participación residual, y, tras ganar media docena de títulos, ninguno de ellos de la competición del KO, abandonó la casa blanca, a la que había llegado siendo aún menor de edad para engrosar sus categorías inferiores.

Borja Iglesias, a diferencia de Rubén, no llegó a jugar ni en el Conxo ni en el Compostela. Sus inicios futbolísticos estuvieron ligados a La Salle. Después pasó por el Rosalía y el Santiago. En aquella etapa formativa, junto a una generación sobrada de talento, coincidió, por ejemplo, con David Pazos, que orientó sus pasos hacia el fútbol sala y actualmente milita en el Pescados Rubén Burela tras haber sido internacional con España.

También de aquella quinta del 93, compartió vestuario con dos compañeros que llegaron al fútbol profesional, Lemos, que pasó por el Villestro antes de completar su formación en la cantera del Deportivo, y Álvaro Ratón, guardameta del Real Zaragoza con el que Borja coincidió en el Valencia, el club que apostó por el jugador santiagués con solo 14 años. El Villarreal fue su siguiente destino antes de recalar en el Celta, el club con el que simpatizaba desde pequeño. Su trayectoria en el filial, del que llegó a conseguir ser su máximo goleador histórico, le abrió las puertas del primer equipo, en el que debutó en 2015 sustituyendo a Santi Mina. Una espectacular temporada en calidad de cedido con el Zaragoza, ciudad en la que fue nombrado hijo adoptivo, no fue salvoconducto suficiente para que la entidad viguesa apostara por él como valor de presente y futuro y le dejó marchar a cambio de los 10 millones de euros que el Espanyol depositó para pagar su cláusula de rescisión. Pese a que había firmado por cuatro temporadas, un solo curso en la entidad perica le sirvió para consolidarse en la élite y casi triplicar su valor: el Betis pagó 28 millones por él hace casi tres años.

El fútbol no le ha impedido iniciar una actividad empresarial vinculada a la comunicación y los esports, a través de DUX Gaming, iniciativa en la que también figuran inversores como el madridista Courtois. Muy activo en las redes sociales, sus posicionamientos contra el racismo y la homofobia le costaron insultos y disgustos. Además, le gusta le fotografía y escuchar rap en español.

Pese a llevar muchos años fuera de Santiago, Borja Iglesias ejerce como compostelano desde la distancia y no duda en viajar a su ciudad natal cuando la competición se lo permite. Visitas que aprovecha para estar con su familia y poder degustar las almejas que prepara su abuela y que tanto le gustan. También para verse con ese grupo de amigos que mantiene desde pequeño y que quiso que le acompañaran en la final de Copa, un momento especial que quiso compartir con ellos.

También ha querido mantener su vinculación con la ciudad celebrando su campus en Compostela, que no pudo tener continuidad en 2020 y 2021, tras su bautismo de 2019, por culpa de la pandemia. Y entre sus planes, para celebrar un año inolvidable, tiene el realizar alguna etapa del Camino de Santiago.

El CORREO GALLEGO también forma parte de su infancia y de su juventud. Como detalla en una entrevista que mañana se publicará en este diario, era el periódico que estaba presente en su casa y en la de sus abuelos.

Aquel chaval que coleccionaba cromos y autógrafos, ahora es el referente para muchos niños que le admiran por su juego y por unos valores que le han hecho merecedor de ser, como antes lo lograron Arsenio Iglesias, Fernando Castro Santos, Fernando Vázquez y Augusto César Lendoiro en el fútbol, o un ramillete de ilustres deportistas, desde Álvaro Pino a Teresa Portela, ya del club de Gallegos del Año.

07 may 2022 / 23:50
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