Lekhili se corona en el Obradoiro y acaba con el 'sueño compostelano'

Media hora antes del pistoletazo de salida de la XXXIV Carreira Pedestre Popular de Santiago, que organiza el Grupo Correo Gallego, algo distinto se percibía en el ambiente. Entre los atletas que calentaban, antes de iniciar el recorrido de 12 kilómetros, no se veía a ningún etíope, keniano, eritreo, a ningún marroquí, bueno uno: Hassan Lekhili, pero afincado en Ourense desde hace 10 años.

La inclusión de la prueba en el calendario autonómico, y no en el nacional, obligando a los participantes a tener licencia autonómica para poder competir, marcó aún más el carácter popular y gallego de una carrera que habían dominado los africanos desde 2001.

La participación volvió a ser todo un éxito, con 5.711 inscritos, y de ellos 3.418 compitieron en una prueba absoluta en la que se esperaba que un compostelano, o un gallego, volviera a figurar en el palmarés de la más popular de las pruebas populares.

Pedro Nimo, Lolo Penas, Gustavo Platas o Carlos Villamor eran algunas de las bazas gallegas para esta nueva edición, pero junto a ellos, estaba la figura de Lekhili que llegó a Compostela después de imponerse en la prueba Vigo +11.

Cinco minutos antes de las diez de la mañana, bajo la pancarta de salida, en la avenida de Xoán XXIII, miles de atletas animaban, cantaban y aplaudían antes de escuchar un pistoletazo de salida que efectuó el presidente del consejo de administración de Editorial Compostela, Fernando Barrera Morate.

La hilera humana de seguridad comenzó a hacer sitio hasta que desapareció por los laterales. Y tras el pistoletazo, los favoritos fueron haciendo sitio en la cabeza de la carrera a medida que ascendían por la avenida de Xoán XXIII.

Al compostelano Pedro Nimo se le veía decidido. Quería ser el cuarto santiagués en lograr el triunfo ante los suyos, ante sus vecinos, en su ciudad. Y se puso al frente del pelotón, con Lekhili, Platas, Santos, Geralavicius, Costa, Hierro y Penas, además de unos diez corredores más, siguiendo su estela, vigilando sus movimientos.

Llegando al Camino Francés, Nimo seguía tirando, con Lekhili pegado, de un grupo de unos diez corredores que afrontaban, al ritmo que marcaba el compostelano, Concheiros y la rúa de San Pedro.

Entrando en Virxe da Cerca, Nimo y Lekhili abrieron un hueco de unos veinte metros con sus perseguidores, que poco a poco se iban diseccionando, con el paso de los metros, en pequeños grupos.

Todo parecía decidido en el comienzo del descenso por la calle de la Rosa, el triunfo se lo disputarían el santiagués y el marroquí. Ambos, codo con codo, se acercaban a la plaza de Vigo, y Lekhili imprimió un poco más de ritmo en la entrada a Rosalía de Castro, y el santiagués desfalleció, no aguantó, y se abrió un hueco de unos cinco metros.

Cuando comenzaba a esfumarse la idea de ver de nuevo a un compostelano llegar primero a la meta del Obradoiro, con un Lekhili ya en solitario por el estadio del Campus Vida, Pedro Nimo confirmó los presagios. El santiagués se echó a un lado, se subió a la acera, y se detuvo.

El marroquí Lekhili volaba hacia Galeras, mientras por detrás Pedro Nimo hacía un último esfuerzo, se reincorporaba al trazado más con corazón que con cabeza y superaba la piscina universitaria, pero la fatiga hizo acto de presencia. La cabeza quería, pero el cuerpo no podía, y en el sanatorio de la Esperanza el compostelano tiraba la toalla, no podía hacer nada, el agotamiento le dejó KO y sin opciones. La falta de tiempo de recuperación tras la maratón de Berlín le estaba pasando factura.

Se repetía la historia de hace semanas en la prueba Vigo+11, donde el santiagués también abandonó.

Mientras Nimo se dirigía a la plaza del Obradoiro, Lekhili afrontaba la cuesta de Vite, y a pesar de que la sensación era de estar todo decidido, el portugués Helder Santos redujo distancias llegando a situarse a tan solo unos diez metros de un marroquí que coronaba la decisoria cuesta de Vite, echando la vista atrás y aumentando el ritmo para dejar en mero espejismo el intento de Santos.

Lekhili siguió en solitario, había transformado la prueba en un monólogo. Dejó atrás San Roque, Algalia, Cervantes, Preguntoiro, Toural, rúa do Villar, Praterías, para sellar en el Obradoiro un nuevo triunfo africano, y dejar para próximas ediciones el regreso de un gallego a lo alto del podio de una prueba que ganó en féminas la lusa Rafaela Almeida por delante de la española Solange A. Pereira, y de la atleta gallega Mª Yolanda Gutiérrez.