Choque de contrastes
Una plantilla hecha para mantener la categoría, frente a otra para luchar en Europa. Un equipo que lidera el marcador, frente a otro acostumbrado a remontar. Este es el panorama que se encontrará el Monbus Obradoiro en el Multiusos Fontes do Sar contra un Valencia Basket que ha puesto la directa tras sus dos últimas victorias contra Zaragoza y Zalgiris Kaunas, que era el líder invicto en Euroliga hasta ese partido.
Con el transcurso de la temporada, el conjunto liderado por Jaume Ponsarnau ha logrado un equilibro entre el ataque y su defensa. La estadística ayuda a visualizar mejor esta situación: son de los mejores equipos en puntos, porcentaje de tiro de 2 y el que más tiros libres anota. Datos que se respaldan con un estilo de juego basado en contraataques, transiciones rápidas permanentes buscando tiro exterior liberado o llegadas interiores, inicios de sistema en estático con los cinco jugadores en el perímetro y encadenar manos a mano laterales para un bloqueo directo central (algo muy utilizado hoy en día).
Lo más peligroso, y diferente a los demás rivales que ha tenido enfrente el equipo compostelano, es que todos sus pívots tiran de tres con buen acierto y se compenetran muy bien a la hora de generar desajustes en la zona ante cambios defensivos, quedándose con un jugador más pequeño o menos físico y logrando canastas fáciles cerca del aro.
En el plano defensivo trabajan diversas variantes en función de sus propias rotaciones. Orientar a los bases en bloqueos, recortar los indirectos para cerrar con agresividad el close out y reducir las ayudas laterales de lado fuerte son sus principales cambios con respecto al inicio de competición.
El foco estará puesto en el más que probable duelo entre Laurynas Birutis y Bojan Dubljevic. Dos estilos muy diferentes que se verán acompañados por el gran momento de forma de Kassius Robertson y Nikola Kalinic, que también están siendo letales desde el perímetro a base de tiros con situaciones en base al uno contra uno.
El Obradoiro jugará con un día menos de descanso, y ese factor les obligará a dosificar los minutos en pista ante un rival tremendamente físico, que nunca repite quinteto y tratará de someterles a base de velocidad.
Las claves de la victoria local pasan por anular su faceta reboteadora y aprovecharse de sus numerosas pérdidas de balón con puntos que produzcan parciales que nos mantengan vivos en el marcador.