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Cien años del anillo negro (II)

    MUCHO ANTES de la rebelión de Norman ante lo blanco y de la naturalidad de Long ante lo negro, incluso mucho antes de que las gentes de África se vieran representadas como parte del blasón idiosincrásico de los Juegos, ya existía la certidumbre del potencial afroamericano.

    Los Juegos de 1948 cuentan con la vitola de ser los más esperados de la historia, tras un receso de 12 años por la II Guerra Mundial, y con el honor de haber sido escenario del vuelo de la atleta más importante del siglo XX, Fanny Blankers-Koen, con cuatro medallas de oro. No fue la única mujer que brilló en Londres. El color de la piel de Audrey Patterson no impidió que su figura rutilara en Wembley para ser la primera negra en ganar una medalla olímpica. Lo hizo en los 200 lisos tras 45 minutos de espera que tardaron los jueces en otorgarle el bronce por una ajustadísima llegada. Días después, Alice Coachman -negra también- ganaba el oro en salto de altura. La medalla le fue impuesta por Jorge VI y el mismo presidente Truman la recibió a su llegada. En su ciudad natal, Albany, seguían vigentes las leyes de segregación racial por lo que blancos y negros no podían juntarse y su alcalde nunca llegó a estrecharle la mano. En 1952 fue la primera mujer afroamericana en promocionar un producto internacional: Coca-cola.

    Si Coachman fue la primera negra en ganar un oro, Eddie Tolan fue el primer negro en sumar dos. El expreso de medianoche firmaba en Los Ángeles 32 una gesta tan solo al alcance de Owens, Borzov, Lewis o Bolt. Pero él fue el primero. Se colgaba los oros de 100 y 200.

    Y si alguien abrió fronteras en este camino vindicativo fue John Baxter Taylor Jr. Con unas envidiables condiciones se plantó en la final de los 400 de 1908. En aquella cita comparecieron tres estadounidenses -Taylor, Carpenter y Robbins- y un inglés, Halswelle. Fue en la recta de meta cuando descalificaron a Carpenter por bloquear con su codo a Halswelle, algo que las normas norteamericanas sí permitían pero no las británicas. La carrera debía repetirse con Carpenter eliminado, por lo que Taylor, automáticamente sería el primer atleta negro en conseguir una medalla olímpica. En lugar de aferrarse a una presea segura, Taylor y Robbins se negaron a competir en señal de protesta y solidaridad con su compañero. Halswelle corrió solo para ganar una penosa medalla de oro. Su tiempo: 50,2 segundos.

    Días después el deporte le devolvió a Taylor lo que le pertenecía. En el relevo mixto -obsoleto hoy- formaban cuatro corredores. Taylor salió en tercer lugar para cubrir 400 metros en 49,8 segundos. Esto quiere decir que en aquella polémica final le habría ganado el oro a Halswelle. Gracias a su prodigiosa actuación Estados Unidos logró el oro y por primera vez en la historia, un afroamericano se colgaba una medalla olímpica. Era el 26 de julio de 1908.

    John Baxter Taylor nació tan solo dos décadas después del final de la Guerra de Secesión Americana, en 1865, año en el que también se fundaba la primera organización del Ku Klux Klan. La guerra entre norte y sur en Estados Unidos sirvió para que La Unión aboliese de iure la esclavitud de los negros. Cerca de 4.500 afroamericanos fueron linchados entre 1870 y 1950 como espectáculo público. Durante esos años Taylor, Tolan, Coachman y Patterson ganaban medallas para su país.

    26 jun 2020 / 00:10
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