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AQUELLOS MARAVILLOSOS AROS (130) > 1973. Seis Copas de Europa, diez del Rey y catorce Ligas, trazos mareantes que resumen su palmarés sin salir del Real Madrid // Fue el primer nacionalizado galáctico

El ayer y Doncic, según Alfredo ‘killer’ Pérez

Clifford Luyk es el Gary Cooper de nuestro baloncesto, un galán de perfil longilíneo, nacido para triunfar en películas en blanco y negro, sin una palabra más alta que otra, cierto pero con un carácter benévolo a la par que valiente. Una estrella de las de antes, de cuando en los pisos del cine Avenida (Santiago) ardían aplausos ante una película de la Metro llena de besos con recato.

Clifford Luyk es un 2,03 m genuinamente americano (hijo de Siracusa, Nueva York) pero nada ciego para admitir que, llegado el momento y lugar, si miras a tu alrededor satisfecho con la compañía y el paisaje... debes quedarte ahí aunque esa ciudad sea nueva y estés en la España de 1963, un régimen sin democracia en su dieta. Cáncer de signo nacido el 28 de junio de 1941, solución deportiva del Real Madrid en los años 60 y 70, Luyk luce antes al sol de la Universidad de Florida.

Desde 1959 a 1962, mejora cada curso, cerrando su último año con 16,2 puntos de media (49 % de acierto) y 15,3 rebotes, siendo elegido en el segundo mejor equipo de la Conferencia Sudoeste.

De gancho elegante (aunque a veces girase cual lanzador de disco), suspensión heterodoxa, juego dotado de movilidad y rebote, amigo del esfuerzo y la entrega, si a ello sumamos un espíritu trabajador, se explica su éxito y que no añorase la NBA.

Brilla en algún campus estival de EEUU pero tras el sopapo allí, le pesca in situ Pedro Ferrándiz.

El Madrid, intratable en la liga, busca Europa como gran desafío, y aunque gana la Copa continental en 1964, cunde menos porque no la disputa el CSKA de Moscú, que si está en 1965 y cae ante los blancos a doble partido: Luyk logra 40 puntos entre dos noches y Emiliano 35. Un cuarto de hora más tarde, empieza... Luyk, la leyenda. El proceso para nacionalizarle, impulsado por Ferrándiz como entrenador y Santiago Bernabéu de presidente, tiene algo de sainete pero acaba en 1966, pie para una historia de diez años con la selección, logrando como Oscar la plata del Eurobasket de Barcelona en 1973, superando en semifinales al oso ruso. ¡De cine!

Protagonista en 1963 del primer partido de baloncesto televisado en España, entre 1962 y 1978, el Gary Cooper de nuestro basket, estrella de punta en blanco, gana seis Copas de Europa, diez del Rey y catorce Ligas... Abierto el verano de 1978, se hace un partido de despedida para él y Vicente Ramos. En Zaragoza, el Madrid reta a una Selección Europea (Meneghin, Berkowitz, Delibasic...), paso previo a la etapa del Luyk entrenador y/o asesor. Tras colgar las zapatillas a los 37 años, el bajo perfil mediático posterior no está a la altura de su valía. Galán con gancho, nuestro gran amigo americano junto a Brabender, hoy Clifford Luyk es y fue... oficial y caballero.

BALONCESTO Alfredo Pérez Gómez, madrileño afincado en Galicia, máximo anotador en la élite de los cursos 1970-1971 y 1972-1973 jugando en el Breogán de Lugo, atiende a EL CORREO opinando sobre Clifford Luyk. “Clifford era el jugador más completo en la liga española de los años 60 y 70. A los norteamericanos de aquella época no les gustaba mucho pelear por los rebotes y, en ese sentido Luyk (luego nacionalizado), era un ejemplo de todo lo contrario, porque sí luchaba por los rebotes, era trabajador, como lo era casi todo aquel Madrid de los 70, porque Brabender también trabajaba mucho. Tuve buena relación con ellos, con Carmelo Cabrera coincidí en la selección, con Paniagua en el colegio, y además me llevaba bien con Cristobal. Los ganchos eran una de las armas más importantes de Luyk. En esa época, yo a veces jugué de pívot con mi 1,92 m.”, indica Alfredo, a quien le pedimos comparar el ayer y el hoy. “El baloncesto ha evolucionado mucho. Desde hace quince o veinte años la iniciativa del juego es toda del entrenador y se ha perdido la intuición de los jugadores. Hoy hay más fuerza que habilidad, antes era al revés. Ahora es noticia que se haga una puerta atrás o una finta y antes era el pan de cada día. Hoy son más fuertes pero salvo los mejores, menos hábiles. Por ejemplo, Doncic hubiera triunfado en el baloncesto de cualquier época porque es fuerte y tiene habilidad pero hay pocos así. En el baloncesto actual domina la fuerza”, subraya.

01 mar 2021 / 01:00
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