Con ayuda de la afición
LOS DÍAS PREVIOS han estado marcados por la noticia de la vuelta a los pabellones con público en las gradas. Será el primer y único partido de la temporada en el feudo gallego, puesto que solo quedan dos jornadas de competición y el último se disputará en Burgos. A pesar de que ambos equipos ya han cumplido sus respectivos objetivos, recordarán este encuentro como uno de los más especiales del año. De esta manera también podrán despedirse delante de sus seguidores, agradeciéndoles todo su apoyo a lo largo de la competición animándoles desde sus hogares.
Poniendo el foco en el rival, UCAM Murcia ha demostrado mucha solidez en el último mes con cinco victorias. La seña de identidad está claramente en defensa. Todo su bloque de juego parte de la intensidad y la estrategia en su lado del campo. Una plantilla liderada por Sito Alonso está marcada bajo ese concepto; con multitud de variantes y trampas esquematizadas sobre las que juegan con el objetivo de obligar al rival a tomar decisiones erróneas y tiros precipitados, con rotaciones en defensas individuales sobre bloqueos o zonas mixtas. Esa es la clave del éxito en su estilo, que les genera varios parciales donde consiguen recortar puntos del rival o liderar el marcador con solvencia.
El bloque murciano posee unas pautas muy predefinidas basadas en el contraataque y transiciones rápidas sobre bloqueo directo, con la idea de generar muchas más posesiones que su rival. Esto produce un gran desgaste físico que alivian con rotaciones cortas y constantes.
Ahí es donde reside su equilibrio. Repiten quinteto con asiduidad: Bellas y Webb (destilando la dirección del equipo), Lima (con molestias físicas), Rojas (como especialista defensivo) y Frankamp (su máximo anotador y recién recuperado de una lesión que le tuvo tres meses apartado de las canchas).
En este deporte, ganar la zona a los dos lados de la pista es un básico fundamental. Monbus Obradoiro tiene mejor porcentaje de tiro y asistencias, mientras que el rival es líder en rebotes defensivos y faltas cometidas de toda la liga. A esto último se le puede sacar mucho rendimiento a favor con las 20 faltas recibidas por encuentro y más del 80% de acierto en tiros libres.
El contraste de estilos chocará de tal forma que ganará el equipo que mejor se adapte a lo que ocurra sobre el parqué.