De cuartos a quintos

Tal y como está la situación ahora toca sufrir e intentar cambiar la dinámica de las derrotas y la forma en la que estas se producen, porque tantas seguidas afectan a todo el mundo, pero bastante más a la confianza del equipo y a su competitividad y competencia para tener la confianza de que vas a vencer. No llega con luchar para quedar conformes con uno mismo, pensar en que lo hemos dado todo y ya está. Lo único que al final vale en alta competición es ganar. Lo otro va en la profesionalidad de cada uno, y está muy bien, pero falta esa canasta, ese robo de balón, evitar esa pérdida innecesaria, tener más confianza en ese tiro pensando sin dudar que lo vas a meter. En fin, un sumatorio de muchas pequeñas cosas.

El partido del otro día fue una muestra. Estaba dominado por el Unicaja que disparó por dos veces su renta en el último cuarto gracias a la reaparición de un inspiradísimo Brizuela. La entrada de Enoch hizo que el Obra pasase otra vez a dominar la zona, donde durante los 19’ que jugó fue el dueño absoluto en ataque y defensa, con 34 créditos de valoración. Por el contrario, Birutis, Suárez y Daum, en 34’ entre los tres, solo pudieron aportar 6 puntos y 10 de valoración. Daum hizo el canelo autoeliminándose con dos tonterías y Birutis simplemente ni estuvo ni está, y aunque lo intentó, fue un lastre.

Si analizas las estadísticas, con el dominio exultante en el rebote, +18 a favor del Obra, con 24 tiros libres lanzados y tan solo 3 fallados, tirando 17 más que el Unicaja, con un 44% en triples frente a un 36% de los malagueños, te preguntas cómo es posible perder. La respuesta está en las 15 pérdidas de balón del Obra por 2 de Unicaja.

Lo mejor de la jornada fueron las derrotas de los de la cola del pelotón. Ahora estamos quintos por la cola después de aquel lejano cuarto puesto de inicios de temporada. Partido fundamental el sábado en San Sebastián.

Felicidades a los chicos del EBA, nuevamente en Silleda ofrecieron un gran juego, nueva victoria y segundos en la clasificación.