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Dirección, mando y liderazgo

    DESDE EL origen, el hombre se ha agrupado en comunidades, pueblos, sociedades y culturas para apoyarse y trabajar en grupo, en equipo. Con diferentes pensamientos tuvo que tomar la decisión de coordinar esfuerzos y llevar a cabo acciones enfocadas hacia el bien común. Aparecen las figuras de líderes y diferentes talentos para realizar acciones de finura. Los liderazgos para influir y proporcionar dirección sobre otros están cada día más al frente del trabajo en equipo. La dirección, administración y verificación de las funciones y tareas son el epicentro de su actividad. La necesidad del líder es indiscutible. Todos necesitamos de ser conducidos. El líder tiene que distribuir el poder y la responsabilidad de los miembros del equipo para que sumen esfuerzos y trabajen conjuntamente para alcanzar el mayor rendimiento.

    Esta semana, los medios de comunicación hacen de altavoz a las diferencias de algunos jugadores contra los criterios del líder. Griezmann se luce con Francia y pasa desapercibido en el Barcelona. En Vigo, Denis Suárez dice que corre más que nunca y lo suyo es otra cosa. No sé si su suplencia tiene relación con sus palabras, pero sí sé que venía avalado y se le está acabando el crédito.

    Un buen paso para mejorar podría ser el análisis y la autocrítica. Los deportistas antes mencionados utilizan los medios de comunicación para presionar al líder y llamar la atención sobre su situación. Todo ello me suena a excusas por el bajo rendimiento, por estar lejos de las expectativas, y se busca la disculpa de siempre: Me falta ritmo de juego y no juego en mi puesto. Disculpas estándar en el mundo del fútbol. Acuden a la prensa para manifestar lo que se debería arreglar en el despacho.

    En otros tiempos era impensable cuestionar el atino del entrenador. Ni tanto ni tan poco: no avalo el ordeno y mando, pero esto me parece fuera de lugar.

    Ronald Koeman deja claro quién manda, sutilmente solventó una cuestión delicada. El yoismo de algunos se manifiesta cuando se pone en entredicho su valía y su costo. Si se preocuparan de estar bien, a nivel individual, facilitarían la coordinación del grupo que es misión del técnico. No se trata sólo de mandar, sino de encajar las piezas lo mejor posible para que el rendimiento aumente. Los componentes tienen que colaborar.

    No es la primera vez que digo que el fútbol está cambiando: vuelven la organización, el rigor táctico y la disciplina que dan más resultados que la posesión y la libertad del jugador para expresarse individualmente. Lo colectivo y organizado y bien estructurado va a implantarse sin tardar demasiado. Que le pregunten al Madrid cómo le hizo el Cádiz, y también al Barcelona cómo lo superó el Getafe.

    En el juego hay más cosas que el balón y, por lo visto, lo que entrenan algunos tiene poco que ver con la competición.

    Mientras tanto vuelve la liga a Segunda B y a la Tercera. Pensé que esta situación ya no se daría en el 2020. Ya tuve la oportunidad de presenciar en directo algo de fútbol y observar la aplicación del protocolo.

    Ahora espero ser pronto protagonista y poder pisar el verde, donde está la verdadera esencia del juego.

    21 oct 2020 / 00:00
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