El Dépor, que malgastó un penalti, cae un año después en Riazor ante el Real Unión

Había pasado más de un año de la última derrota del Deportivo en Riazor. El Real Unión, que lleva nueve salidas consecutivas sin perder, y que superó todas las vicisitudes que le deparó el brote de covid-19, sacó fuerzas de flaqueza para lograr una gesta histórica: asaltar un feudo del que nadie se llevaba los tres puntos desde la visita de la SD Compostela. Se rompió además para el líder una racha de 13 jornadas sin perder. Sendos tantos de Oyarzun, el primero de bella factura, encarrilaron un triunfo que el equipo unionista, que ya había ganado a los pupilos de Borja Jiménez en el Stadium Gal con las mismas armas, defendió con uñas y dientes entre el torrente de ocasiones de la escuadra herculina, que, sin completar un gran encuentro, acumuló oportunidades para golear, entre ellas un penalti de Miku que desbarató Irazusta al inicio de la segunda mitad.

Trilli por el costado derecho fue el principal quebradero de cabeza para la zaga del equipo irundarra. De sus botas partió un centro que Noel, con todo a favor, remató al aire en vez de a la pelota. Quien no tuvo problemas para el golpeo fue Oyarzun que, con tiempo y espacio, decidió probar desde unos 25 metros y su trallazo se coló en la portería local. La respuesta del equipo coruñés al golazo del Real Unión fue un asedio intenso, aunque deslavazado, en el que el buen hacer defensivo de la escuadra irundarra impedía que las buenas acciones del Dépor obtuvieran premio.

Al brillante ejercicio defensivo del cuadro unionista le faltaba el protagonismo de Irazusta, que lo asumió nada más comenzar la segunda parte. En medio minuto William desbordó por la izquierda e Iván Pérez le derribó en el área. Miku lanzó el penalti y el meta voló a su derecha para desviar el lanzamiento del atacante venezolano, empeñado en fallar de nuevo al enviar a las nubes un regalo incomprensible de Barbu.

Del posible empate se pasó al 0-2. Oyarzun cabalgó por la izquierda en una contra fulgurante y batió por bajo a un Mackay vencido y que tuvo tardes mejores.

No cejó en su asedio el Deportivo, que se encomendó a Quiles y Álvaro Rey para tratar de lograr una remontada épica. Miku, algo forzado, no conectó el cabezazo atinado para descolgar otro centro desde la derecha de un incansable Trilli. Lo que no logró el líder con los envíos al área lo consiguió con un disparo descomunal de Juergen desde fuera del área, inalcanzable para Irazusta.

El cronómetro no corría para el Real Unión y volaba para el conjunto herculino, que acumuló remates de Juergen, Menudo y Doncel. Irazusta resultó providencial para evitar, sobre la línea de gol, que el cabezazo de Lapeña en una falta lateral, a la que se había sumado también el guardameta Ian Mackay, acabara en el fondo de las mallas.