El Obra celebra la décima

Ganó el Monbus Obradoiro en una pista maldita hasta ahora y frente a un rival que partía con la exigencia de escapar de una pelea por la salvación agónica (83-94). Venció el conjunto compostelano al Movistar Estudiantes en un partido incómodo, en el que Kassius Robertson destacó una vez más por sus recursos y su puntería (31 puntos con 6/11 en triples) y da así continuidad a un proyecto que cumplirá 11 años de forma consecutiva en la Liga Endesa -¡quién lo diría!- aunque sea ahora con dudas sobre quién o quiénes lo guiarán.

Había demostrado, apenas tres días antes en la cancha de un Barça aspirante-favorito a levantar el título de la Euroliga que era capaz, que podía, que atravesaba uno de sus mejores momentos de forma tras dejas atrás las secuelas del COVID y los problemas por la larga lista de lesiones. Había optimismo en el grupo, en una expedición en la que el propio capitán Pepe Pozas había pedido billete para estar junto a sus compañeros pese a no poder jugar, y el plantel cerraba filas centrándose sólo en el objetivo de la victoria tras los rumores del inicio de la semana sobre el fin de la era Moncho Fernández en el club. Quería ganar el Monbus Obradoiro y celebrar el título de la permanencia, el décimo consecutivo, una gesta al alcance de muy pocos y una heroicidad por el contexto económico y social de una ciudad con poco más de 90.000 habitantes lidiando además con una insólita pandemia mundial.

Pero el rival ya avisó que saltaría a la cancha encorajinado, rabioso y decidido a no seguir perdiendo crédito en una carrera por la salvación donde un error más podría ser definitivo. Y en la pista se absorbieron toda esa mezcla de sensaciones.

Festival. El Obra sobrevivió desde el triple en los primeros 10 minutos. Un excepcional 7/12 desde la línea de 6,75 (15 de los 19 puntos del equipo en este tramo) con Robertson liderando el festival (3/4). Movía rápido el balón el cuadro compostelano ante los continuos desajustes defensivos de su anfitrión y castigaba con porcentajes de récord. El problema estaba en la retaguardia. Delgado, el hombre más en forma de los colegiales que venía promediando en los últimos cinco partidos 19,2 puntos y 13,4 rebotes (28,8 de valoración) se hizo imparable dentro de la zona bien asistido por sus compañeros que supieron aferrarse al juego interior, a las oportunidades que le brindaba su rival dentro de la pintura, para contrarrestar el bombardeo del Monbus desde el perímetro.

Fue, cómo no, un triple sobre la bocina, con su defensor encima y lejanísimo, el que saliendo de la muñeca de Mike Daum dio a los de Moncho Fernández la renta de 4 puntos con que se cerró el set (19-24, min. 10).

Doble amenaza. Pero imposible de continuar con esa extraordinaria racha al triple, el Obra tuvo que repartir el peligro. Seguía faltando contundencia en defensa y, con la calidad de los jugadores del Movistar, el error y las dudas se traducían en acumulación de faltas, pues Delgado no solo anotaba sino que cargaba de personales a sus pares (Enoch llegaba a la tercera en minuto 19). Un parcial de 0-6 para el Estudiantes con Avramovic hiriente antes de la orden de la primera defensa zonal en el equipo madrileño (32-35, min. 16) ajustó el electrónico hasta que Robertson cortó el 0/4 en triples del set para frenar el arreón local.

No estaba dispuesto el pívot azul a hacer inútil el esfuerzo y de su mano colocó el 37-44 con el que se llegó al tiempo de descanso.

Imparable el pívot dominicano, con el serbio de genial escudero, no encontraba el equipo compostelano remedio a su aportación ni a su constante castigo dentro de la zona.

Vías de agua. Porque tampoco hubo solución tras el paso por el vestuario. Un parcial de 13-3 de salida para los de Jota Cuspinera -con la nueva alarma de la cuarta falta personal en el casillero de Ozmizrak en el minuto 22- envalentonó a un Movistar que se sabía contra las cuerdas en este duelo. Aguantaba de nuevo el Monbus desde el triple -primero Czerapowicz, después Oliver- pero desatado Avramovic -pesadilla también de los compostelanos en Sar con 33 puntos- las acciones ofensivas seguían dominando frente a las ofensivas en el Wizink Center (60-62, min. 28).

Lastraba al Estudiantes el paupérrimo porcentaje desde la línea de tiros libres de Delgado (2/10 aunque un 9/9 en tiros de 2 puntos) y Oliver, de nuevo desde los 6,75, estiraba la renta (63-67, min. 30).

Se frenó el ritmo de anotación en el cuarto decisivo. No decreció la verticalidad de Avramovic, que seguía sumando en juego o desde la línea de 4,60 (aunque en esa distancia titubeó más) pero Ozmizrak sumó y movió también a la perfección al Obra al tiempo que Kassius sentenciaba con un +8 (76-84) a falta de 3 minutos que exigía control en el Obra frente a la desesperación de su anfitrión.

Ganó el Monbus. El obradoirismo sigue en la elite.