En el fútbol el fallo es diferente

LOS MODERNISMOS LLEGAN al fútbol, los técnicos y tertulianos hablan de forma diferente que antaño. A buen seguro que no comprenden mucho lo que dicen, ni su repercusión, ni el eco de su palabra, pero se les otorga credibilidad. Recuerdo un dicho que se hablaba antes: “Nin fu nin fa, o que di a prensa e xa”.

Vale como ejemplo los análisis y comentarios del partido de la selección española en la derrota contra Suecia, donde España defendía en bloque alto, sin éxito y le pasaban la responsabilidad a los de atrás, condenándolos por su actuación. Como dice “mi hermano Julio”: Con Pep, el Barça defendía avanzado, con éxito, y los defensas nunca necesitaban intervenir, se engrandecía su figura. Si los avanzados no aciertan, le pasan el marrón a los de atrás, haciendo de ellos vulgares defensores en campo abierto. Hay que valorar el peaje que se paga a la hora de elegir un plan. Todo tiene un precio.

En el juego se debe valorar la transición ofensiva rival, cómo lo hacen, dónde se pierde el balón y las características de todos los jugadores.

Cuando los ataques rivales finalizan siempre en la línea defensiva y en el portero, hay que mirar hacia arriba. De los marrones defensivos se culpa a la última línea. Si presionan alto y no hay éxito, fracasa después la línea de defensas. Hacerlo como aquel Barça, donde el equipo robaba en la presión, requiere mucho trabajo, mucha implicación, muchas ayudas y mucho orden e interpretación del juego.

Es diferente el fallo, el error de los defensas acaba en gol y el de los delanteros en un lastima. En la repercusión del juego otorgamos un valor diferente al fallo.

Por otro lado, están la calidad y cualidad de los defensores. Los de hoy en día no intimidan, tienen escasa mentalidad destructiva del juego y andan justos de formación. Los formadores tienen algo que ver en ello, promocionan defensas con buena salida de balón, con poca capacidad para defender en espacios abiertos y con mucho déficit en el uno contra uno, en el posicionamiento y en la orientación.

También es cierto que el biotipo de los defensas está cambiando, pero sigo viendo defensas en uno contra uno con pie grande, poco dominio de los apoyos, enormes fallos posturales y sin posición felina (los que entrenan conmigo saben de lo que les hablo). Vemos jugadores grandes defendiendo a pequeños en espacios abiertos y eso no acaba de casar bien. Tenemos la suerte de que los defensas son personajes que no se derrumban fácilmente y se rehacen de un error con facilidad.

Trabajar con el balón es más difícil; defender, menos complejo y no necesita mucho arte, pero sí trabajo individual y colectivo.

Todo esto con las nuevas tecnologías es sometido a registro y análisis, pero a mí no me gustaría que sacasen el fútbol de la incertidumbre, del acierto-error y de los comentarios del bar. Si lo dejamos sin esto no sería el mismo fútbol.

Dejen que la gente se desahogue, se explique a su modo, mantenga el interés por este juego, que también aportan cosas sabias si se sabe escuchar. En el fútbol suceden cosas que a veces no se creen.