“Estos resultados me dan motivación y me hacen ver que valgo para esto”

Volvió de su primera participación en una Copa del Mundo absoluta con una medalla de oro en el C2 200. ¿La pilló por sorpresa o ese era el objetivo con el que partían hacia Hungría?

No nos lo esperábamos para nada, porque fue una prueba que ni la entrenamos. Nosotras estábamos entrenando el 500, que es la distancia olímpica, y quedamos cuartas. Pero al 200 nos presentamos por remar algo más.

Curiosamente, el oro llegó una hora después de conseguir ese cuarto puesto. ¿Cómo se recuperaron en un espacio de tiempo tan corto?

Lo que hicimos fue beber mucha agua porque nos dolía un montón la garganta, nos salía sangre del esfuerzo. Y estar sentadas, ver el vídeo del 500 y coger fuerzas para el 200.

¿Se encontraron con muchas restricciones para competir a consecuencia de la pandemia?

Tuvimos que hacernos dos PCR, una cinco días antes y otra el día antes de viajar a Hungría. Obviamente, tenían que ser negativas. Allí, el equipo español estábamos en una burbuja sanitaria. En el hotel estábamos apartados de otros países y bajábamos a la pista en autobús privado, no usábamos transporte con otros países. Y cuando no competíamos estábamos con mascarilla.

En C2 200 vencieron por delante de otra pareja española, lo que pone de manifiesto, una vez más, el nivel del piragüismo nacional y que muchas veces es más complicado ganar un selectivo que luego tener un buen resultado internacional.

Sí, porque la verdad es que España tiene un nivel muy alto en piragüismo. Sí que te cuesta ganar incluso a los de tu país.

Su primera Copa del Mundo se salda con un cuarto puesto y un oro, un balance muy prometedor estando todavía en edad juvenil.

Yo estoy supercontenta y da más motivación para entrenar todavía mucho más. Me hace ver que realmente valgo para esto.

¿Qué aprendizaje saca tras competir al primer nivel internacional?

Fue más que nada una oportunidad para ganar experiencia.

Experiencia a nivel individual pero también en un barco novedoso, pues hasta hace nada Antía Jácome competía junto a Patricia Coco.

Empezamos a entrenarlo después de la cuarentena. En ese momento Antía aún estaba probando con otras compañeras, porque aún no era fijo que fuese a ser yo su compañera. Que iba a ir yo con ella lo decidimos en agosto, y a principios de septiembre fue cuando montamos la embarcación para el selectivo final. Ahí fue donde conseguimos la plaza para la Copa del Mundo.

Con Patricia Antía Jácome iba detrás y con usted se coloca delante. ¿Por qué ese cambio de posiciones en la embarcación?

Como no sabíamos exactamente cómo montar el barco, porque nunca habíamos montado juntas, probamos con las dos posiciones y vimos que Antía sabía marcar muy bien el barco y yo llevar la dirección. Vimos que de esa forma el barco podía funcionar.

El gran éxito llegó en C2 200, aunque están centradas en el C2 500 porque es la distancia olímpica. ¿En cuál se siente más cómoda?

Yo prefiero el 500, porque yo en 200 no soy tan rápida.

Y, ¿prefiere competir en barcos de equipo o hacerlo en C1?

La verdad, me siento más cómoda compitiendo en barcos de equipo, porque voy más tranquila. Aparte, ahora, al ir con Antía, ella tiene más experiencia y me traslada tranquilidad. Eso hace que vaya mejor a competir, que vaya más cómoda.

La Copa del Mundo de Szeged era la única cita internacional de este año. ¿Por dónde pasan ahora los retos más inmediatos?

Por el Preolímpico de 2021.

¿Se ve en Tokio?

Yo creo que sí, si seguimos mejorando. El barco va muy bien porque quedamos a seis milésimas solo de las chilenas (en C2 500), y ellas ya están clasificadas. Todo sería seguir entrenando el barco.

Tras un mes trabajando juntas, y partiendo ya con estos resultados, su margen de mejora se presume mayor que el de sus rivales.

Sí, porque cuanto más tiempo el barco está más acoplado y va mejor.

Le tocará irse a Sevilla para preparar el último año del ciclo olímpico donde, por cierto, será la única juvenil del grupo de entrenamiento.

Hasta ahora estaba entrenándome en Pontevedra, en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva. Antes de irnos para Laias, en Ourense (donde estuvo concentrada para preparar el selectivo y la Copa del Mundo con Antía Jácome), ya estuve en Sevilla, entrenando el C2 con ellas, como si fuese durante la temporada normal, pero en verano.

Usted ya tuvo la oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Buenos Aires 2018. ¿Cómo lo recuerda?

Aquello era increíble. La Villa Olímpica era como la de los mayores, como las Olimpiadas de verdad, solo que todo en edad más pequeña.

Si hace un año le dicen que iba a estar luchando por ir a Tokio, ¿se lo habría creído?

Para nada, esto fue como un supergolpe, pero un golpe muy bueno.

¿Qué le atrae más de poder vivir una competición como los Juegos?

Demostrar todo el trabajo que conlleva llegar allí y hacer ver a la gente que sí es posible llegar.

¿Compagina el piragüismo con alguna otra faceta?

Lo compagino con estudiar. Este año voy a hacer Segundo de Bachillerato. Es muy duro, porque cuando llegas reventada de entrenar te tienes que sentar a estudiar y te vas cayendo del sueño... Concentrarte así se hace muy duro. Estoy haciendo el Bachillerato de Sociales; después me gustaría hacer Magisterio.