“Estoy encantado de volver al Obra la próxima campaña”

Mientras la afición del Monbus Obradoiro espera pacientemente, el club trabaja en terminar de cerrar la temporada 2019/20 para poder configurar el siguiente proyecto, el décimo consecutivo en la Liga Endesa. Por el momento, Moncho Fernández y su cuerpo técnico disponen de tres jugadores con contrato: Laurynas Beliauskas, Chris Czerapowicz y Álvaro Muñoz. Entre tanta incertidumbre, el alero abulense agradece la seguridad de saber que volverá, mientras se recupera de su lesión y vive sus primeros días como padre. “He estado muy a gusto en Santiago. El club, la afición y la ciudad han cumplido las expectativas completamente y estoy encantado de poder volver el año que viene”, asegura Muñoz.

El 33 obradoirista fue operado hace tres semanas a causa de un síndrome de Haglund, que le provocaba dolor en el tendón de Aquiles. “Llevaba con molestias dos o tres temporadas, pero no eran tan grandes como para parar de jugar. Convives con el dolor y lo vas llevando, pero este es el año que más me ha dado la lata, incluso provocándome la lesión que me tuvo casi dos meses parado”, relata. Tras mes y medio de confinamiento y trabajando en casa para eliminar ese dolor, este reapareció el primer día que Muñoz salió a correr, lo que determinó su paso por el quirófano hace tres semanas. El plazo estimado de recuperación es de ocho, pero Álvaro asume que el tiempo juega a su favor. “Para la pretemporada estaré a tope”, avanza.

Entre tanto, Muñoz también puede disfrutar de la paternidad que estrenó hace dos semanas, cuando nació su hijo Marco. “Es una locura, una pasada, porque cuando lo tienes encima y te mira a los ojos aunque no te vea bien, lo compensa todo. Ahora son todo preocupaciones: si come bien, si duerme bien, tose, qué le pasa... Te cambia la vida y estoy muy contento”, reconoce el alero desde Ávila, donde nació su hijo apenas horas después de llegar desde Santiago. David Navarro, padre por partida triple, es quien le da más consejos en la plantilla.

A LA ESPERA. “Llevo sin entrenar, propiamente dicho, desde antes de la cuarentena, claro, y nunca me había pasado algo así”, admite Álvaro Muñoz, con hambre de balón y de canasta. “De hacer baloncesto, lo máximo que paro son tres semanas durante el verano, aunque hago otras cosas de físico. Es una sensación muy extraña, pero es la que es y tengo ganas de recuperarme un poquito más y empezar a hacer cosas de baloncesto”, apunta.

El abulense lo ve todavía más difícil para los jugadores de los doce equipos que disputarán la fase final de la Liga Endesa en Valencia. “Salvo tres o cuatro privilegiados que viven del talento, la gran mayoría somos lo que somos gracias al trabajo, a entrenar, a coger sensaciones... Para todos los que vuelvan ahora, el proceso de recuperación no se hace de un día para otro”, asume Álvaro, que ve el formato “bastante bueno y atractivo” aunque también comprende las dudas que puedan tener algunos jugadores por la posibilidad de lesionarse en esta situación y arriesgar su contrato para el próximo ejercicio.

El exterior de 29 años se sabe afortunado por tener su futuro inmediato asegurado... y en el Obra. “Ahora mismo me siento privilegiado por tener esa tranquilidad de volver a Santiago, pero he estado otras veces en la otra parte, de no saber a dónde vas a ir, y se pasa mal. Sobre todo cuando tienes una familia que depende de ti”, argumenta el obradoirista.

Baloncestísticamente, ahora Muñoz se centra en recuperarse porque la próxima temporada está plagada de incógnitas. Entre los jugadores también se comenta. “Sí, especulamos como todo el mundo, pero no tenemos ninguna idea real de lo que va a pasar”, reconoce.