Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h
{ REFLEXIONES }

Hay que hacerle un templo al gol

EL CAMINO DEL GOL es así de duro y así de fácil. Es fácil conseguirlo y fácil fallar. Para jugar y competir se necesita entender el juego y desarrollar con sentido práctico jugadas ofensivas y defensivas. Es un juego de aciertos y de errores. Se da uno contra uno y los otros ayudan, para desenvolver distintas jugadas resultando de todo ello un modo de hacer fútbol y un modelo. Tenemos un campo enorme para experimentar y crear y para que los jugadores demuestren todo su potencial futbolístico. De teoría andamos bien y la realidad dice que sólo se queda en eso.

Muchos entrenamientos no son más que situaciones, disfraces sin transferencia al juego y a la competición, pasando el tiempo y el tiempo es un bien irrecuperable. El fútbol es una actividad que requiere entrenadores con conocimientos actualizados, que no coarten las posibilidades de los jugadores y de los equipos, que progresen a nivel individual y hacerlos jugar en equipo. Adaptarse a las circunstancias y al contexto, cada uno con su metodología, optimizar el tiempo, estructurando y distribuyendo la sesión de trabajo con una puesta en escena con ritmo, tiempo, espacio y densidad, pero respetando los principios de entrenamiento con intensidad óptima y volumen adecuado. Las sesiones de preparación deben ser competitivas, dinámicas, con contenido integrado en la competición, de utilidad para el jugador y el equipo, sin olvidar las tareas preventivas. Lo que se entrene debe servir para el juego, sesiones de entrenamiento útiles, para hacerse mejor cada día.

Todo este trabajo va encaminado a dos facetas del juego: conseguir gol y evitar que el rival lo haga. El gol es el acto supremo del fútbol y hay que hacerle templo. La inteligencia de los jugadores y su capacidad para adaptarse a las circunstancias del juego son determinantes. Es la acción capaz de levantar del asiento y al unísono a miles de almas, de cambiar la vida de muchas gentes, de movilizar la bolsa, da pesadillas, hermana pueblos, encumbra a figuras de corto y de despacho y también condena, sobre todo a entrenadores. En torno a todo esto se mueve el mundo.

En la competición europea de esta semana vimos muchos goles procedentes de pases de los centrales rivales, regalos incomprensibles en futbolistas profesionales de alta cotización, pero sucede. Nos olvidamos que, muchas veces, lo ideal dista mucho de lo real. Se confirma que es un juego y no siempre gana el mejor sino aquel que gestiona mejor el potencial futbolístico, las conductas individuales y grupales de los jugadores y máxime en momentos puntuales del partido y del juego. Hay muchas claves y muchos modelos, pero al final, el gol es el que determina el caminar de los equipos por los distintos campeonatos. Dicen que, con el paso del tiempo, nadie se acuerda del juego y que todos nos acordamos del marcador, de los triunfos y de los trofeos.

La clave de jugar bien está en meter goles. El ejemplo válido es el partido del Villarreal-Barcelona. Con ADN o sin él, el Barça tiene elementos mejores de lo que aparentan, tiene mejores jugadores de lo que parece y algunos gallegos. A poco que se serenen y liberen de los problemas de la entidad darán mucho que hablar.

01 dic 2021 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.