Iván: “Hasta que me den las piernas quiero disfrutar en el Arzúa”

Santiago. Si hay un jugador que conoce los recovecos de O Viso ese es Iván García López. Acompañó a la directiva presidida por Víctor Gómez desde que el club estaba en Segunda Autonómica en su viaje hasta la Tercera División, y, aunque salió en más de una ocasión del club para disfrutar de alguna temporada en equipos como Negreira, Órdenes, Arenteiro y Estradense, siempre volvió a casa.

Fue uno de los que más sufrió en el tramo final de la temporada cuando el equipo luchaba por no descender a Preferente. No ya por el deber deportivo sino por lo que supone para alguien afincado en la localidad el ver cómo su equipo podía perder la categoría. Respiró tras la victoria por la mínima ante el Barco que selló la permanencia matemática, y ya anticipa que, si hay oferta de renovación, él está preparado para dar el ‘sí’.

“Juego donde quiero. Estoy en el Arzúa desde que estaba en Segunda Regional. Pasé por todas las categorías y no pude disfrutar de estar en el equipo cuando llegó a Tercera por decisiones mías”, señala el mediapunta. “Hasta que me den las piernas quiero disfrutar aquí. Nunca se puede decir que algo es seguro, porque hay trabajo, pareja, y más cosas por fuera, pero, a día de hoy, mi idea es seguir”, dijo.

Fue parte de una plantilla que selló una permanencia trabajada en un curso atípico, que comenzó, en el segundo entrenamiento de pretemporada, con la grave lesión de Jorge Queiruga: “Del año anterior quedábamos solo tres o cuatro jugadores. Uno de ellos era él, un futbolista con ascendente en el vestuario, con carácter. No tenerlo fue un palo para el Arzúa”.

Sin embargo, el acontecimiento que más impactó, no solo a Iván, sino a toda la plantilla, fue el accidente que sufrió la furgoneta en la que viajaban cuatro jugadores y el segundo entrenador, el 8 de diciembre de 2021, antes del encuentro en el que se iban a medir al Juvenil de Ponteareas: “Lo pasamos bastante mal porque tuvimos la incertidumbre de saber, primero, cómo estaban. Después pensamos que era mucho menos de lo que fue. El no contar con ellos en esas jornadas fue un palo futbolístico”.

Entonces el Arzúa estaba en racha (siete partidos seguidos sin perder) y, tras un mal inicio, comenzaba a mirar de reojo los puestos de privilegio de la clasificación. Pero tras el parón de Navidad, los aplazamientos por Covid jugaron su papel. Iván reconoce que para los jugadores fue difícil.

“Entrenas, piensas que vas a jugar y llega el viernes o el sábado y te dicen que no hay partido. Fue un bajón. La siguiente semana se repitió, a la siguiente también. Se hizo duro a nivel mental”.

Las urgencias por recuperar partidos aplazados y acabar la temporada llevó al club arzuano a convertirse en un equipo “medio profesional”, bromea el mediapunta. “Apenas entrenábamos y jugábamos mucho”, comenta. Una situación que permitió que, los que habían disfrutado de menos minutos en la primera parte de la temporada, pudiesen jugar con asiduidad, aunque los resultados no acompañaron. Un bache de diez partidos sin victorias abrió interrogantes sobre el futuro en Tercera. “Temí por la permanencia”, explica y señala que el equipo vivió momentos duros: “Cuando jugamos contra el Sofán, que venía casi descendido, a nivel mental el equipo estaba un poco bajo”. Mariano Raskin