Oier Ardanza mira LEB y ACB
El tiempo arde desde marzo de 2020. El valle abierto por la pandemia es otra fosa de las Marianas, la memoria se desnorta. Lo sucedido en 2019 parece del siglo XIX.
“Con esto del Covid se olvida mucho lo que pasó antes”, cuenta Javier Zamora, el entrenador de la selección española Sub-18 Campeona de Europa en 2019, tras una prieta final, escasa de puntos (España 57-Turquía 53) que acabó con beso al oro y dos de sus jugadores, Usman Garuba y Santi Aldama, en el Mejor Quinteto del torneo griego.
Fue la cuarta vez que se cazaba un logro así, la anterior, en 2011, con Luis Guil como técnico al frente de un futuro palé de caviar: Willy Hernángómez, Jaime Fernández, Dani Díez, Alex Abrines, Álex Suárez (hoy Obradoiro) o Guillén Vives.
Javier Zamora Pedreira, escorpio del 27 de octubre de 1984, de raíces gallegas en A Coruña por parte de toda la familia de su abuelo paterno, sabe que cuando se grita... “Dicen que se ha muerto Garibaldi”, canta la afición del Estudiantes, y suenan tambores de resiliencia de héroes y heroínas que, dementes, creen en la esperanza de forma irredenta.
A Javier le tiembla el alma cuando habla de la añorada Carlota Loty Eguskiza, jugadora tumbada por el cáncer pero cuya memoria y fuerza pervive entre quienes como él, pasaron por su mismo club, el Olímpico 64, modesto pero importante en el basket madrileño, ahí donde Javier mozo entraba a la una y media de la tarde y salía a las once y media de la noche “con las llaves que cierran el pabellón”, aclara quien como muchos anónimos de hoy, era ayer una de las tantas personas que reman a favor del barco de nuestro baloncesto en categorías de formación, cosechando horas sin reloj.
Jugador en su día, “de los que daba cera”, explica, una lesión grave “de rodilla” partió en dos ese sueño y se vio con una pizarra en la mano, (“aún no tenía 18 años y llevaba un equipo de chicos de 15”, dice).
A esa liana se agarró para salir y seguir a base esfuerzo y pasión.
Así, llegaron ascensos, alegrías, algún lloro, selecciones madrileñas, de la Federación Española, piropos de Aíto, éxitos en femenino y masculino (ascenso con Loty) y tras sumar ocho años en la base del Estudiantes, en enero de 2020, suple al serbio Dzikic como entrenador jefe pero llueven piedras, bien duras en un club que lleva diez años quemando entrenadores como quema aire el volcán de La Palma,
Al año, destituyen a este barbado Javier para un cambio que lleva al Estu a peor, al descenso.
En dos años, tras vivir lo mejor y lo peor, se acuerda de Loty, del: “No te rindas que la vida es eso...”
“Cada vez que tengo un partido duro pienso en ella”, añade.
Tras firmar cuatro años con el Hestia Menorca (LEB Plata), Javier atiende a este periódico en su día festivo. Trabaja como anteayer, si hace falta se quedaría hasta apagar las luces del pabellón... las llaves de Garibaldi lo abren todo.
FEB En la selección de España U-18 campeona del Europeo en 2019, uno de los jugadores a las órdenes de Javier Zamora fue Oier Ardanza, y así le describe en EL CORREO GALLEGO: “Es una persona y un entrenador con mucho carácter, lo ves desde el principio. Y eso, con el tiempo es mejor, porque te dice las cosas como son, va de cara. Ese aspecto, en una selección donde tuvimos que estar juntos entrenando treinta días seguidos... fue lo mejor. Recuerdo además que cuando estábamos entrenando si se ponía a tirar, metía bastantes”, aclara Oier. Escolta de la generación de 2001, este bilbaíno/durangotarra promedia esta temporada 8 puntos en 17 minutos (44% en triples) en el Zornotza (LEB-Plata) y cursa Segundo de Psicología. En verano trabajó con otro técnico poco amigo de hacer metáforas: Alex Mumbrú. “Entrené con el Bilbao Basket porque Hakanson estaba con la selección de Suecia, y me ha servido mucho para mejorar cosas” , subraya.