Joe Dumars, el diablo viste de Prada

“Le dije que no veía la diferencia entre dos cinturones idénticos y no sabes la mirada que me lanzó, creí que la piel de la cara se le derretiría”.

Joe Dumars representó como Anne Hathaway en El diablo viste de Prada la inocencia a punto de ser devorada por el mal. Ella bajo una Meryl Streep cual dura directora de Vogue; él ante Chuck Daily, entrenador cuyo aspecto de abuelo gentil escondía tics de los avaros de Dickens, de esos que solo dan caramelos a los niños si pueden envenenarlos. Horrible, ¿verdad? Pues nada comparado a lo que algunos cuentan de los odiados Bad Boys.

En el draft de 1985, Detroit contrató con su primera elección a un chaval de Louisiana, alero de 1,91 m., que metía más de veinte puntos por rutina en una universidad perdida en el mapa: McNeese State. El chico llegó a una franquicia donde, por fuera, Isiah Thomas sumaba cuatro años de profesional, Vinnie Johnson seis, y por dentro... Bill Laimbeer y Rick Mahorn, cinco cada uno, todos dominados en el Este por los Celtics.

Y así era su vida, ganaban bastantes partidos pero tenían tan cerca el título como Donald Trump la modestia. Todo cambió en 1986. Detroit eligió a dos larguiruchos saltarines inaptos para la pasarela pero con más fe de victoria que Stallone escuchando la música de Rocky: Dennis Rodman y John Salley.

Ellos avivaban la hoguera pero el verdadero diablo era Daily, que vistiera de Prada o Armani, paseaba elegante la banda siempre que no le enfocasen la boca. Juntos, empezaron a convertir cada bloqueo en un muro pétreo, cada balón dividido en una guerra, y cada metro de parqué en un ring de full contact.

Así, lograron que Dumars, un fino anotador de misa los domingos y fiestas de guardar, estuviera a punto de hacerle caso a Rodman para tatuarse una gran calavera...

En junio de 1988, los Chicos Malos cayeron ante los Lakers en el suspiro final de siete partidos hoy estudiados por los marines de asalto y en las dos temporadas siguientes ganaron el anillo (4-0 ante los californianos y 4-1 frente a Portland), triturando antes en ambos casos la paciencia y algo más de Jordan.

Dumars, que hiló un buen traje defensivo para el as de los Bulls, promedió esos dos años 17 puntos y 5 asistencias, siendo el MVP de la final en 1989. Sin aspavientos.

Géminis del 24 de mayo de 1963, anotador de buen porcentaje en tiro tras bloqueo, parado o en transición, no relucía en el uno contra uno pero era fuerte, lo bastante para llevar bandejas a la contra o encarando molinos de brazos.

Jugó siempre en Detroit, fue 6 veces All Star y al irse en 1999, la iglesia de su pueblo recuperó un feligrés y la NBA saludó a un directivo que brilló luego en los Pistons, y ahora mismo en los Kings. De 10.

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GALICIA Ovidio González, un dos xornalistas pioneiros da Televisión de Galicia (TVG), traballou moito falando de baloncesto (ACB, NBA, Copas de Europa...) e ata foi conductor dun espazo chamado Todo basket, que tivo no 1988 como primeira convidada a Ana Heredero (hoxe, a súa parella) e... agora bótanos unha man como opinión convidada para falar de Joe Dumars.

“O menos Bad Boy dos Bad Boys. Ese era Dumars. Cando falamos do Detroit dos 80 e 90 sempre nos veñen á mente Thomas, Laimbeer, Rodman, Johnson, Salley... e o último en aparecer pode ser perfectamente Dumars. Foi un grandísimo anotador e moi bo defensor. Eso valeulle permanecer 14 temporadas na Liga, sempre xogando para os Pistons. Foi un One club man. Teño que recoñecer que non era Pistons un equipo que me caera simpático pero daba gusto velos xogar naquelas datas. A intensidade que lle metían era brutal. Lembro a un equipo bronco, peleón e agresivo no que o punto de calidade viña das mans de Isiah Thomas e o Dumars. Divertinme moito facéndolles partidos aínda que o título do 1989 fose pasando por riba dos meus queridos Lakers. O da temporada seguinte, diante de Portland xa me doeu menos”, remata este xornalista xubilado que en xullo do 2019, tras 34 anos como voz e redactor na TVG, despediuse presentando os Deportes do Telexornal Serán de fin de semana. Ovidio e Sergio Delpont foron durante moito tempo bos embaixadores do baloncesto na canle pública.