Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h
AQUELLOS MARAVILLOSOS AROS (142) >1984 Jugador internacional del Real Madrid, Cajamadrid, CB Valladolid o Tenerife, su compañero Fernando Romay nos ayuda a retratar su carrera como anotador

“Imitaba a Rick Barry mirándose al espejo”

Un día te levantas y el viento te lleva a Estados Unidos. El destino es ese balón al aire que lanzan al comienzo de cada partido y ya estés al final del banquillo o seas titular, todo puede suceder. Las alas de esa intriga hacen volar al deporte tan alto como el cielo leonés que vio nacer a José Manuel Beirán Lozano.

Acuario del 7 de febrero de 1956, este alero leonés de 1,95 m, elegante en el tiro como pocos, lanzaba a canasta con traje de galán antiguo luciendo pelambrera algo riza, corta y con entradas como los actores del buen cine en blanco y negro.

En la órbita del Real Madrid desde 1974, echa dos años ahí para hervir un futuro prometedor pero le ceden al CB Valladolid y vuelve para otros dos cursos blancos. Tirador y, con frecuencia, metedor, no halla su sitio y va un equipo vinculado, el Vallehermoso Madrid, regresando en el curso 1982-1983 a una entidad merengue que nadie tutea salvo en Europa y que colecciona lúcidos aleros: Brabender, Iturriaga, Indio Díaz, Delibasic, Dalipagic... a los que se suman en 1983 Jackson y Biriukov.

Así que Beirán, con 27 primaveras, ficha por el Cajamadrid, donde están los hermanos Llorente (José Luis y Toñín), Bradender, Del Corral... y brilla tirando mucho y anotando casi todo con lanzamientos de gesto impecable, cuadrándose en un ángulo recto perfecto, trazado por la escuadra del talento y el cartabón del entrenamiento.

Derrocha clase en minúscula.

En esa temporada 1983-1984, la previa a la llegada del triple. un Sibilio de 25 años firma en el Barcelona 22 puntos en 31 minutos de juego, un Villacampa de 21 abriles hace 13 p. en 30 m., y José Manuel, de 27 febreros, sella 15 p. en 34 m., clavando 31 tantos al CAI el 18 de marzo (mete 14 de 20, más tres libres).

Y amanece su día D, de... destino.

Antes de los Juegos Olímpicos de Los Angeles 84 a finales de julio, España destaca en el torneo preolímpico pero Díaz-Miguel corta a un Villacampa emergente con rol secundario, que al saberlo sale de viaje “hundido de moral”, según escribe Pedro Barthe en El País, y como el añorado Sibilio rehuye la llamada del seleccionador, reclaman a Beirán, de vacaciones en la India, que se une in extremis a un plantel mítico que besará medalla de plata.

Tras su día y ese éxito coral que tardó en emularse, retorna a Pucela (1986-1987) y cierra su carrera en Tenerife (1988-1990) donde marca el 42% de sus triples (121/289), con ocho convertidos en un duelo ante el Pamesa Valencia, si bien el club tinerfeño baja, dolor de una ciudad que es la suya, y la de su familia. Allí nace su heredero deportivo Javier, orgullo hoy de este psicólogo deportivo al que siendo jugador de élite dos lesiones graves mordieron las alas. Fue un especialista del tiro certero a quien hoy se rifaría medio mundo.

AMIGOS Fernando Romay, pívot coruñés, internacional y compañero de José Manuel Beirán en el Real Madrid (donde este gallego logró muchos títulos antes de jugar en el OAR Ferrol o CAI Zaragoza) da aquí su pincelada al retrato de este anotador amigo suyo: “Al llegar al Madrid sentí admiración hacia Beirán porque era una persona de una sensatez increíble. Entre los jugadores que compartíamos la pensión donde entonces nos alojaban a los jóvenes, él y Arturo Seara, que era de Ourense, eran los señalados para llegar más lejos. A mediados de esos años 70, él aprovechaba los viajes a Italia para hacerse con revistas que hablaban de la NBA, recortaba fotos de Rick Barry y ensayaba sus gestos delante de un espejo, los del tiro en suspensión porque Barry lanzaba los tiros libres a cuchara. Luego se fue cedido al Valladolid y, más tarde, jugando ya en el Cajamadrid, le llamó Díaz-Miguel para ser parte de España en Los Angeles 84, justo fue cuando él estaba en la India o acababa de volver. A Villacampa le pudo la presión en el torneo preolímpico y Antonio llamó a Beirán porque ir a los Juegos podía ser contraproducente para Jordi y Beirán también era un gran tirador. Tuvo muy mala suerte con dos lesiones de rodilla si no... se hubiese afianzado mucho más en el Real Madrid del cambio, del que fuimos parte Iturriaga, yo y otros. Su hijo Javier Beirán (Gran Canaria) se parece mucho a él, mete puntos, es muy inteligente y hace mejor al equipo”.

31 may 2021 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.